Sevilla

Melonares: recta final

El pantano está actualmente al 87 por ciento de su capacidad
El pantano está actualmente al 87 por ciento de su capacidadlarazon

Su construcción ha sido un arma arrojadiza entre administraciones de distinto color político y ahora, seis años después de la terminación del pantano, el proyecto encara su recta final con la previsión de su entrada en servicio a finales de 2014. El pantano de Melonares acaba de recibir el espaldarazo financiero definitivo por parte del Gobierno central, con la asignación de 20,4 millones de euros en los Presupuestos del próximo año, cantidad que se consignará hasta 2017. La inversión total asciende a casi 50 millones de euros, financiados al 80 por ciento con fondos europeos Feder y un 20 por ciento correspondiente al Presupuesto propio de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG).

En octubre de 2012 se reanudaron las obras de las conducciones, después de un parón que duró casi dos años. Se da la paradoja de que el pantano está construido y casi lleno –actualmente está al 87 por ciento de su capacidad total– pero no cuenta todavía con una red que conduzca el agua hasta el sistema de abastecimiento de Sevilla y su área metropolitana. Precisamente, Melonares dará agua a 38 municipios de la provincia, lo que se traduce en 1.220.000 habitantes.

La obra supone la ejecución de dos proyectos, con dos contratistas diferentes. Un primer tramo es la mejora de 30 kilómetros del canal de riego del Viar ya existente, que discurre entre el pantano y la balsa del Alamillo, en Villaverde del Río. Esta conducción cumple la doble función de abastecimiento y riego. De hecho, al usarse también para regar los cultivos, de mayo a septiembre no se puede trabajar en la obra. Desde este último punto se ejecuta un tramo de tuberías de nueva construcción, de 14 kilómetros de longitud, hasta la estación de bombeo de Torre de la Reina y desde allí a las estaciones del Carambolo y El Gergal, que conectan con el sistema de abastecimiento de Sevilla. Avanza a buen ritmo el revestimiento interior del canal del Viar y ya se han acondicionado todos los acueductos afectados. El nivel de ejecución de los trabajos supera ya el 50 por ciento y las obras «avanzan a velocidad de crucero, aunque es necesario que haya buen tiempo porque el año pasado, con las lluvias, los trabajos se retrasaron bastante al ser una tierra muy arcillosa y concentrarse las labores al aire libre», asegura Enrique Grosso, jefe de explotación de la CHG.

El agua de Melonares se utilizará exclusivamente para el abastecimiento y se integrará en un sistema de regulación conjunta, compuesto por los embalses de Aracena, Zufre, La Minilla y Gergal. En función de las necesidades y del nivel de agua embalsada se va utilizando agua de uno u otro. Los responsables de la obra creen necesaria su puesta en funcionamiento a pesar de ser el quinto pantano que abastecerá a Sevilla, dado que «cada 10 o 15 años se produce una nueva sequía», recuerda Grosso. Las dos últimas grandes sequías tuvieron lugar en 1982 y 1993. En el año 2008 se produjo una situación de prealerta y, entonces, Emasesa solicitó utilizar agua de Melonares para la regulación conjunta. Finalmente no fue necesaria esta opción. Grosso, no obstante, recuerda la situación crítica que se vivió en 1993, cuando estuvo al frente de la construcción de una conexión de urgencia entre el río Guadalquivir y la conducción El Gergal-Carambolo. «Se realizó en tan sólo tres meses», puntualiza. Entonces, la calidad sanitaria del agua era la correcta, aunque las condiciones de olor y color no eran del todo adecuadas.