Las aportaciones de la sociedad civil y de los ciudadanos marcarán el desarrollo sostenible

«Las aportaciones de la sociedad civil y de los ciudadanos a la Agenda 2030 de Castilla y León marcarán el desarrollo sostenible en la Comunidad». Así lo aseguró el vicepresidente de la Junta y consejero de la Presidencia, José Antonio de Santiago-Juárez, en su reunión ayer en Valladolid con el presidente de la Red Española para el Desarrollo Sostenible (REDS), Miguel Ángel Moratinos.

La cita sirvió para que el vicepresidente explicara a Moratinos el documento que contiene las directrices para la implementación de la Agenda, aprobada por las Naciones Unidas, centrada en el desarrollo económico, social y ambiental, en lo que supone el compromiso de la Región con esas políticas, y le invitó a participar activamente para enriquecer su contenido.

Asimismo, De Santiago-Juárez recordó al ex ministro de Asuntos Exteriores que Castilla y León asumió como propia la responsabilidad de la aplicación de esas medidas en el territorio tras su puesta en marcha en 2015 y le informó de las actuaciones realizadas para su implementación, orientadas fundamentalmente a la información y la difusión, a la formación de los empleados públicos y a la coherencia en las políticas.

Además, detalló el documento que supone la culminación de todos esos trabajos y que contiene las pautas a seguir para la implementación de la Agenda, recogiendo la situación actual de la Comunidad respecto a cada uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, así como los retos para cada uno de ellos y los indicadores destinados a medir su evolución.

Como recordó, estas directrices han sido elaboradas por un grupo de trabajo técnico formado por personal de todos los departamentos de la Administración y, actualmente, están publicadas en el Portal de Gobierno Abierto de la Junta para recoger las contribuciones de los castellanos y leoneses que quieran participar.

Ambos dirigentes aseguraron compartir el objetivo de apuesta por «analizar las mejores opciones para mejorar la calidad de vida, de manera sostenible, para las generaciones futuras y definir una hoja de ruta que permita poner al mundo en el camino de un desarrollo más próspero».

Finalmente, coincidieron en la necesidad de compromiso de los gobiernos regionales y locales con estos objetivos mundiales, incluyéndolos en sus políticas y asumiéndolos como una más de sus competencias para que adquiera una dimensión multinivel y global.