Política

Castilla y León

Vestas retoma la actividad en León tras el acuerdo alcanzado con los trabajadores

La multinacional danesa se compromete a favorecer la reindustrialización con un nuevo inversor

La Razón
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La factoría de Vestas en la localidad leonesa de Villadangos retoma su actividad tras el acuerdo alcanzado por la multinacional danesa con los representantes de los trabajadores que, tras casi tres meses de huelga indefinida, el mismo tiempo que los cerca de cuatrocientos empleados llevan sin cobrar, volverán a lo largo de esta semana a sus puestos de trabajo.La planta vuelve a arrancar para llevar a cabo el plan de producción específico marcado por la compañía hasta el próximo 31 de diciembre, y los trabajadores entrarán en los dos turnos que había habituales: el primero a las seis de la mañana y el segundo a las dos de la tarde.

Una vez asumido el cierre de la planta, durante un mes de intensas y numerosas reuniones con la dirección de la empresa, los representantes de los trabajadores han alcanzado un acuerdo en principio satisfactorio y bastante mejor que lo que ofrecía la multinacional del sector eólico al comienzo.

De hecho, Vestas ofrecerá indemnizaciones medias de 67 días por año trabajado así como jubilaciones parciales y la recolocación de trabajadores en otras plantas de la empresa. Unas condiciones que fueron ratificadas en por el 90 por ciento de los trabajadores durante una asamblea, con un total de 233 apoyos frente a 18 votos en contra, a los que sumaron otros dos nulos.

Según avanzaba ayer la empresa en un comunicado, el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de extinción acordado implica la extensión de los contratos del personal indefinido hasta el 31 de diciembre de 2018; así como «ambicioso» plan de recolocación y reinserción en el mercado laboral con la posibilidad de reubicarse en otras fábricas y centros de trabajo de Vestas dentro y fuera de España.

Se incluye un proyecto de recolocaciones externo durante 24 meses que tiene como objetivo la reinserción de ocho de cada diez trabajadores de la plantilla que participen en él, y se prevén «medidas especiales» para los empleados que tengan 54 o más años, así como jubilaciones parciales, un plan de bajas incentivadas y un bono ligado a la reanudación de la producción.

En cuanto a las indemnizaciones, Vestas ofrece hasta 67 días por año trabajado, más un lineal de 1.000 euros, además de su compromiso de que facilitará la salida a través de bajas voluntarias incentivadas con igual indemnización, pero con un lineal de 500 euros. Igualmente, y con el objetivo de «atenuar» las consecuencias del despido colectivo e «incentivar» la reanudación de la producción en condiciones normales de clima social y calidad, la empresa ofrece un bono a la producción equivalente a 15 días de salario bruto por año de antigüedad.

De la misma forma, el plan acordado por la multinacional y los representantes de los trabajadores también contempla el compromiso por parte de Vestas de mantener en buen estado la planta tras darse por finalizada la producción en 2018, con el fin de favorecer la reindustrialización a través de un nuevo inversor.

En este sentido, la ministra de Industria, Reyes Maroto, anunciaba ayer también que mañana habrá una reunión con el inversor interesado en quedarse con la planta de Villadangos, y que en pocos días el Gobierno de España firmará con Vestas un plan de reindustrialización que sirva para paliar el cierre de esta fábrica.

Sensación agridulce

Entre los trabajadores de la factoría, sensación agridulce e incertidumbre. Por un lado, la mayoría tienen claro que han perdido la batalla, ya que el objetivo prioritario era que la planta siguiera operativa y se mantuviera el empleo, pero también son conscientes de que revertir la situación era muy complicado y se consuelan con que al menos han conseguido un despido digno. «Nos hemos quedado sin el puesto de trabajo pero, dadas las circunstancias, al menos hemos conseguido sacar el máximo posible», señalaba uno de los trabajadores que ha estado acampado los días de conflicto laboral a las puertas de la fábrica.

Y en cuanto al futuro, la mayoría duda también del inversor que pueda llegar. E incluso a algunos les suena a fondo buitre, a una empresa que llega en un determinado momento para comprar barato y vender después a mayor precio para sacar tajada.

Desmontan el campamento huelguista

Nada más conocerse el acuerdo, los trabajadores acampados a las puertas de la fábrica en Villadangos del Páramo empezaba a desmontar las tiendas en las que han pasado los últimos cien días de su vida como protesta al cierre. También han apilado los palets con comida donada por los leoneses que le han sobrado (cajas de arroz, pasta y galletas especialmente) que los trabajadores van a donar al Banco de Alimentos de León.