
Tribunales
La fiscal insiste en que Quintana sólo pudo ser herida por una pelota de goma hirió a Quintana
La víctima se muestra «satisfecha» por el juicio, aunque señala que se le hizo «duro» zeuros que le dio el año pasado

El juicio por el denominado caso Quintana concluyó ayer, por lo que quedó visto para sentencia, y ahora deberá decidir el Tribunal. La última sesión, que consistió en los correspondientes informes finales de cada una de las partes.
Ninguna de las partes aportó grandes novedades, más bien se reafirmaron en lo expuesto durante la vista oral. Quizá la principal novedad fue la valoración de Quintana, que se mostró «satisfecha» por como ha ido el juicio, a la espera del fallo.
Dos mossos, un escopetero y un subinspector, han sido juzgados durante poco más de dos semanas por supuestamente haber disparado una pelota de goma el 14 de noviembre de 2012, tras la manifestación por la huelga general. La consecuencia fue que Quintana perdió su ojo izquierdo presuntamente por culpa de este proyectil, aunque nadie en el juicio ha dicho haber visto este disparo, y ni mucho menos los acusados.
«Confusión»
La fiscal acusó ayer a la defensa de los procesados de orquestar una «ceremonia de la confusión», para que los hechos queden impunes, y se preguntó «¿cómo es posible que se continúe negando que las heridas fueron producidas por una pelota de goma?». De esta manera, hizo referencia a las declaraciones de los médicos forenses, que en su comparecencia aseguraron que las heridas que sufrió Quintana únicamente pudieron ser causadas por una pelota de goma.
El Ministerio Público, representado por Marta Marquina, dedicó gran parte de su informe a arremeter contra la tesis de la defensa, que apunta a que Quintana pudo perder el ojo por un proyectil de precisión –de material viscolástico o «foam»– disparado por agentes de otro furgón policial, y la calificó de «insulto a la inteligencia». «Lo del proyectil de ‘foam’ parece de chiste», sostuvo Marquina.
Tras insistir en que la tesis sostenida por las defensas «clama al cielo» y carece de «fundamento», la fiscal criticó la investigación llevada a cabo por los Mossos y se mostró «atónita» de que la Policía Autonómica encargara al propio subinspector imputado interrogar a otros agentes sospechosos.
En opinión de la fiscal, es «absolutamente incomprensible» que los Mossos «actuaran al margen de lo que estaba instruyendo el juez» y plantearan, en julio de 2013, una nueva línea de investigación que a su parecer constituye un «absoluto despropósito» que solo pretende «dar coartada» a los procesados.
Por su parte, la acusación particular ejercida por Quintana cargó también contra las teorías de la defensa que, a su parecer, solo pretenden «confundir y ensuciar», y criticó cómo se «gestionó e indagó» el caso desde los estamentos policiales, cuya «falta de colaboración», en su opinión, acabó dejando las pesquisas únicamente en manos del juez instructor y las acusaciones.
La abogada de la víctima, Laia Serra, afeó la «falta de rigor» y «parcialidad» de la unidad de Asuntos Internos de los Mossos a la que el juez encargó la investigación –hasta que acabó por encomendar las diligencias a la Guardia Civil–, y criticó que los procesados no hayan hecho «ningún esfuerzo de reparación económico ni simbólico».
La defensa de los mossos pidió al tribunal que los «errores» en la gestión política del caso no «perjudiquen» a los encausados, porque esas responsabilidades deben depurarse en el Parlament, en las urnas o en el seno de Interior. La defensa hizo hincapié en la tesis que apunta a la posibilidad de que Quintana fuera herida por un proyectil de precisión, no una pelota de goma, disparado por los mossos de otro furgón.
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