Sociedad

Cómo tratar una mastitis sin dejar de amamantar

Interrumpir la lactancia no es la solución, las tomas deben ser lo más frecuentes posibles para que el pecho se vacíe

La obstrucción de conductos y las grietas son factores evitables ya que suelen ser consecuencia de una mala succión o de un mal agarre del bebé al pecho que impide su vaciado
La obstrucción de conductos y las grietas son factores evitables ya que suelen ser consecuencia de una mala succión o de un mal agarre del bebé al pecho que impide su vaciadolarazon

Interrumpir la lactancia no es la solución, las tomas deben ser lo más frecuentes posibles para que el pecho se vacíe

La mastitis es un problema bastante común durante la lactancia, principalmente durante las 6-12 primeras semanas postparto. De hecho, es una de las causas del destete precoz, debido al dolor que produce. En la mastitis se produce una inflamación en la glándula mamaria, pudiendo aparecer una zona dura, enrojecida y caliente, la madre puede presentar a la vez fiebre, con síntomas muy parecidos a los de una gripe, escalofríos, dolores musculares y articulares, que ocasionan malestar general y decaimiento.

La causa más común de la mastitis es la obstrucción de los conductos, que impedirá que la leche fluya de forma correcta en el momento de amamantar. Otra de sus causas puede ser las grietas en el pezón, que son la puerta de entrada de una infección debido a que las bacterias invadan el tejido mamario e introduciéndola en el organismo. Tanto la obstrucción de conductos como las grietas son factores evitables ya que suelen ser consecuencia de una mala succión o de un mal agarre del bebé al pecho, impidiendo un vaciado eficaz. A su vez, el disminuir el número de tomas o limitar la duración de estas, puede producir un éxtasis de leche y por lo tanto desencadenar en una mastitis. Podemos entonces concluir que el mejor modo de prevenir la mastitis es una correcta técnica de amamantamiento, con un adecuado agarre del bebé al pecho, para que así el vaciado de la mama sea eficaz, y evitando a la vez lesiones en el pezón que podrían provocar una infección.

Cuando una madre lactante presenta una mastitis no es el mejor y más eficaz tratamiento aconsejarle interrumpir la lactancia, ya que dejar de amamantar puede agravar el problema y complicarlo con un absceso, que generalmente requiere de una intervención quirúrgica.

Por lo tanto, la lactancia debe continuar y las tomas deben ser lo más frecuentes posible y con la suficiente duración que permita un buen vaciado del pecho.

Es importante entender que la mastitis afecta a la madre, no al bebé, que no va a contagiarse, a pesar de que la leche presente, una cantidad mayor a la normal de ciertas bacterias, no va a suponer riesgo alguno para el bebé, ya que el intestino del lactante, encierra una concentración de bacterias mucho más elevada que las existentes en la leche de una mujer con mastitis. En todo caso la calidad nutritiva de la leche de una madre con mastitis es superior a cualquier fórmula infantil por lo que suprimir la lactancia es un riesgo tanto para la madre como para el bebé.

Lo que se modifica durante la mastitis es el sabor de la leche, al incrementarse la concentración de sodio, y por lo tanto la leche se vuelve más salada, pudiendo ser el motivo por el cual el bebé se niegue a tomarla o disminuya la duración o el número de las tomas, en definitiva que le guste menos, y coma menos, y en consecuencia no se logre vaciar bien el pecho. Si esto sucede, es recomendable terminar de descargarlo con el sacaleches o mediante la extracción manual.

No podemos olvidarnos de asegurar el descanso de la madre así como garantizarle una adecuada nutrición e hidratación. Además para aliviar el dolor, la inflamación y tratar la fiebre, está recomendado el empleo de ibuprofeno. Con todas estas medidas gran parte de las mastitis cursarán favorablemente en 24 horas, pero de no ser así, es conveniente visitar al médico para iniciar tratamiento antibiótico. Aunque prácticamente todos los antibióticos son compatibles con la lactancia nunca debemos automedicarnos, y en el caso de mastitis menos aún porque podemos empeorar la situación. Generalmente muchos medicamentos son compatibles con la lactancia, pero ante cualquier duda puedes consultar en la página de lactancia y medicación www.e-lactancia.org.

Para tener un buen comienzo y evitar complicaciones como la mastitis busca el asesoramiento de un especialista en lactancia, que te oriente sobre la técnica adecuada de amamantamiento.