Sánchez Zaplana: «Mi lista se ha comprometido a dejar el acta ante una imputación»

Asunción Sánchez Zaplana, «Suni», candidata del PP a la Alcaldía de Alicante, ha hecho un paréntesis de dos años y medio en la política municipal de su localidad natal para curtirse en la primera línea de la autonómica. Sin levantar la voz ha puesto orden y paz en una Conselleria que trata con lo más débil y preciado de una sociedad. Los mayores, los discapacitados, los menores, las mujeres maltratadas, los jóvenes y los inmigrantes. Repite incesantemente que solo trabaja desde consensos y es de las políticas que se ha dado cuenta de que las cosas han cambiado. Propone canales para aumentar la participación ciudadana y dice que trabaja siempre buscando apoyos. ¿Su recompensa? Cuenta que una Nochebuena una persona a la que le había proporcionado un hogar le cogió de la mano y le dio las gracias. «Con eso doy por bueno todo un año de trabajo». El reto, conseguir la transición tranquila.

- Vuelve a la política local después de una intensa etapa al frente de la Conselleria de Bienestar Social ¿Cuál es su prioridad en la Alcaldía de Alicante?

-Atender a todos los alicantinos intentando que todos tengan el mismo acceso a los servicios, vivan en el barrio que vivan. Yo a eso lo llamo desarrollar una ciudad de manera equilibrada. Mi prioridad siempre han sido las personas. He dirigido las áreas de política social localmente y ahora en la Generalitat. Por eso, el lema de mi campaña es «Tu ilusión, mi compromiso». Es lo que me dicen por las calles. «Suni, tenemos ilusión de que las cosas cambien, de que la ciudad vaya para adelante». Yo desde ahí establezco mi compromiso con Alicante.

-La legislatura ha sido difícil. En su Departamento han tenido que asumir muchas tensiones por los impagos y críticas por el copago. ¿Cuál es su balance?

- Muy positivo por varios motivos. Uno, por la oportunidad que se me ha dado de ser la responsable de las políticas de un área que atiende a personas mayores, mujeres, jóvenes, personas con discapacidad, inmigrantes... Y dos porque hemos hecho frente a una situación delicada. Debíamos 1.628 millones de euros, que se dice pronto. Todo es fruto de un trabajo muy serio por parte de todos, de la Conselleria de Hacienda, dirigidos por el presidente Alberto Fabra, del Gobierno de España y de todo el equipo de la Conselleria.

- ¿Ha habido oportunidad para hacer algo más que pagar?

-Destacaría la finalización del Plan Jove, aprobado porque los jóvenes valencianos han querido que se hiciera y el Plan de Cooperación. Cuando yo llegué la cooperación internacional estaba también en una situación muy delicada y se pudo aprobar de la mano de organizaciones. Por último, la aplicación de la Ley integral contra la violencia ejercida sobre las mujeres. Es de las pocas de España que considera víctimas a los menores y a las personas que dependen de las mujeres víctimas de violencia de género. No son logros personales, en absoluto, porque hemos podido llegar a acuerdos y consensos, que es mi forma de trabajar, la participación. Todo mi equipo ha trabajado sin descanso.

-La labor descrita contrasta con la imagen tan denostada que tienen los políticos.

-Hay que dignificar el trabajo político porque muchos, los de los municipios pequeños, no reciben remuneración. Me da igual si son del PP o no. Nadie acomete el trabajo político desde la parte del salario, lo hace desde el compromiso. Si tú no ejerces la política desde el compromiso desde luego no tendrás éxito. Yo creo en el respeto institucional y la gente está cansada del y tú más. Hay que dignificar la política también desde los propios partidos. No haciendo ver a la sociedad que estamos todo el día enfrentados. Algunos quizás quieran eso, yo lo que quiero es explicar mi programa, que es lo que voy haciendo ahora por las calles de Alicante. Como consellera he trabajado por la gente, una vez que te dan una responsabilidad de esta envergadura tienes que trabajar para todos, sin distinción.

-Los partidos de izquierdas han prometido eliminar el copago. Es más, el PSPV lo ha tomado como una de las banderas de su campaña.

-Hago una apuesta desde este medio de comunicación con el PSPV. Estoy segura de que no va a eliminar el copago de las personas mayores dependientes. El primer decreto de copago de la Comunitat Valenciana lo establece en 1993 el PSPV. En 1995, quince días antes de perder las elecciones, anulan la parte que tenía que ver con las personas con discapacidad. Luego, ya en el Gobierno central, aprueban la Ley de la Dependencia que recoge que mayor o discapacitado es lo mismo. Es un dependiente y establece el copago. El PP aplica esta ley que, como decía el ministro Caldera, marca que quien más tiene más paga. Con lo cual estoy de acuerdo. En otras Comunidades, como en la andaluza, todo el mundo paga lo mismo. ¿Eso es mejor, más social? ¿Es regresivo o progresivo? Aquí una persona que tiene 532 euros de renta, el salario mínimo, no paga nada. Tampoco un niño que necesite atención temprana, porque no tiene renta. Además, el PP decidió no incluir el patrimonio, para calcularlo. Por tanto, el PSPV con el copago ha hecho demagogia. Solo 155 personas con discapacidad de las más de 8.000 plazas públicas pagan el máximo.

-El PP está hablando en esta campaña mucho de economía, ¿cuál es su propuesta para Alicante?

-Para mejorar la economía de la ciudad lo primero es generar empleo. Se está produciendo un descenso muy grande del número de personas desempleadas, doce familias al día, por lo que hay que continuar en esta línea. Hay tres proyectos principales. El primero, el circuito del talento, que apoya la instalación de empresas nacionales e internacionales con la creación de una zona franca en el puerto de Alicante. Allí se podrán instalar empresas de innovación y tendrán la ventaja de la fiscalidad. La segunda es la ciudad del emprendimiento. Tenemos un vivero de empresas que en este momento está ocupado al 100 por ciento. Por tanto, nos planteamos ampliarlo. El tercer vértice es apoyar la I+D+i en el Parque Científico y Tecnológico de la Universidad de Alicante. Además apostamos por el turismo residencial, el de cruceros, que este año ya se va a multiplicar por cinco, y el de salud. Tenemos infraestructuras sanitarias privadas y ofrecimientos de entidades a instalarse en el municipio. Hay muchas más medidas en el programa para hacer crecer Alicante, sólo he mencionado algunas.

-El PP dice que la mejor política social es el empleo, pero hay gente que tiene muy dificil acceder a él.

-Estoy de acuerdo, lo que queremos decir es que nos gustaría que no lleguen a pedir esa prestación social. Dicho esto, conozco bien cuando una persona acude a los servicios sociales. Tienen que existir ayudas e ir incrementándolas. Apostamos por las escuelas matinales para conciliar la vida familiar y laboral, los bono infantil para los niños de cero a tres años, ayudas a las familias numerosas y a las acogedoras o para la atención de mayores o con discapacidad en su domicilio. Tampoco hay que olvidar a los «sin techo». Cuando fui concejala diseñé un centro de acogida de inserción a personas sin hogar donde se atiende a más de 1.400 personas.

-Está clara la continuidad en el ámbito social, pero tras la dimisión de la alcaldesa Sonia Castedo, es evidente que su sucesor ha cortado con muchos de los proyectos insignia de la etapa anterior. Ha dicho no a la ATE de Ikea, cancelado contrataciones al empresario Ortiz (imputado por corrupción), ha suspendido el PGOU....¿Seguirá este cambio?

- Tras un proceso de participación ciudadana, donde han intervenido diferentes colectivos, hemos dicho sí a Ikea, pero no a un macrocentro comercial que el comercio tradicional y alicantino no quiere. Se ha actuado con diálogo y transparencia. Con respecto a las contrataciones, una de las medidas propuestas es que en las mesas no haya ningún político. Deben ser eminentemente técnicas. La ciudadanía tiene una respuesta clara de cuál es mi forma de trabajo y gobierno.

- ¿Qué ocurrirá con el Plan General? Este documento determinará el urbanismo de la ciudad.

- La forma de trabajarlo, ahora que la Generalitat ya lo ha devuelto al Ayuntamiento, tiene que ser desde la base. Parte del trabajo hecho se puede incorporar, pero el plan general no se hace en los despachos del Ayuntamiento, desde arriba, sino desde abajo. Se han creado leyes nuevas, se ha producido una crisis... está claro hacia dónde camina el crecimiento de la ciudad. Hace falta más suelo industrial, sabemos que tenemos que apostar por la rehabilitación, que necesitamos viviendas sociales. El alicantino tiene claro el modelo de ciudad que quiere.

- ¿La transición de Castedo a Valor fue traumática?

-En absoluto. Se ha vivido con total normalidad. Cambia la persona, pero el alicantino ha percibido que el PP es inteligente porque ha sabido hacer esa transición desde la sensatez, elegancia y sin dejar de trabajar un solo minuto.

- ¿No dificulta su campaña?

- Para nada. De verdad que no, lo diría. Alguna persona se te acerca, pero no enfadada por el cambio. Están disgustadas por la crisis, por sus problemas familiares, porque sus hijos no tienen empleo... Me dicen «Suni, esfuérzate por que la ciudad esté limpia, más bonita». No hay sentimiento de convulsión en la calle.

- En cualquier caso, los ciudadanos piden medidas de regeneración política. ¿A qué se compromete en este aspecto?

- Hay muchas. Ya existe un portal de la Transparencia, aunque otros lo propongan, demuestran que no conocen el Ayuntamiento. Apuesto por el concejal número 30. El Ayuntamiento tiene 29 concejales y cualquiera de ellos, lo ofreceré también cuando sea alcaldesa a los partidos de la oposición, tiene que estar siempre accesible a la ciudadanía. Los ciudadanos necesitan ser escuchados y respondidos. ¿Por qué el concejal número 30 no va a estar una vez a la semana disponible a través de un «video chat»?

-¿Cuál será su línea roja para evitar la corrupción?

-Todos aquellos que forman parte de la lista han firmado una declaración jurada en la que, entre otras cuestiones, se comprometen a dejar el acta de concejal el mismo día en el que sea expulsado, sancionado por el PP o imputado por corrupción. No hay dudas al respecto.

-¿Bajo qué condiciones pactará si no consigue la mayoría absoluta?

-Peleamos por ella, pero en este hipotético caso hay dos diferencias con el PP y otros partidos. Primero, mi experiencia en la gestión y después que yo sí que soy capaz de sentarme con los que estén dispuestos a que la base sean las personas y el empleo. También los que demuestren tolerancia cero a la violencia ejercida contra las mujeres. Todos los que compartan estos parámetros se pueden sentar con el PP.

-Podemos y Ciudadanos han escogido Alicante para su mitin central. ¿Cómo lo interpreta?

-Será porque es una plaza importante para ellos y porque piensan que en Alicante, la alcaldesa que propone el PP puede ganar.

-¿En qué estado ve al PP?

-La crisis nos ha hecho mucho daño, la ciudadanía percibe que tiene que haber regeneración democrática, aplicar otro tipo de políticas. Creo que el PP se ha sabido adaptar al cambio, el presidente Fabra ha sido implacable con la corrupción. Nadie ha establecido medidas contra la corrupción como él. También aprobó la Ley de Transparencia, que otros no quisieron apoyar, tampoco las listas abiertas, eliminar aforados en el ámbito de la Comunitat Valenciana o reducir el número de diputados. Que respondan por qué lo rechazaron. El PP ha sido clarísimo y estamos haciendo pedagogía política.

Asunción Sánchez Zaplana, «Suni», ha hecho un paréntesis de dos años y medio en la política municipal de su localidad natal para curtirse en la primera línea de la autonómica. Sin levantar la voz ha puesto orden y paz en una Conselleria que trata con lo más débil y preciado de una sociedad. Los mayores, los discapacitados, los menores, las mujeres maltratadas, los jóvenes y los inmigrantes. Repite incesantemente que solo trabaja desde consensos y es de las políticas que se ha dado cuenta de que las cosas han cambiado. Propone canales para aumentar la participación ciudadana y dice que trabaja siempre buscando apoyos. ¿Su recompensa? Cuenta que una Nochebuena una persona a la que le había proporcionado un hogar le cogió de la mano y le dio las gracias. «Con eso doy por bueno todo un año de trabajo». El reto, conseguir la transición tranquila.