Ni Aguirre ni Cifuentes garantizan la mayoría absoluta en Madrid

La batalla interna en el PP por las candidaturas de Madrid puede prolongarse durante meses. Esta pasada semana la alcaldesa, Ana Botella, daba el paso atrás que esperaban en la dirección de su partido. Nadie se lo había pedido oficialmente, pero entre bambalinas los movimientos para descabalgarla eran manifiestos desde antes del verano.

La batalla interna en el PP por las candidaturas de Madrid puede prolongarse durante meses. Esta pasada semana la alcaldesa, Ana Botella, daba el paso atrás que esperaban en la dirección de su partido. Nadie se lo había pedido oficialmente, pero entre bambalinas los movimientos para descabalgarla eran manifiestos desde antes del verano. Botella estaba harta de los «codazos» de otros compañeros de organización, especialmente desde el entorno de la presidenta del PP madrileño, Esperanza Aguirre, una de las aspirantes a hacerse con el puesto que ahora ocupa Ana Botella. Movimiento ha habido desde hace tiempo, pero también es verdad que Botella no había recibido ningún aviso directo del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para que dejara paso. Y no sólo eso, sino que cuando le dijo que se marchaba, Rajoy la despidió como si fuera su candidata frustrada.

Rajoy se lo juega todo en Madrid. Es un feudo clave en el poder territorial del partido y también en la carrera hacia las próximas generales. Un traspié en la capital dejaría muy tocado al PP al tiempo que despejaría el camino al PSOE en su lucha por recuperar La Moncloa. Esto explica la importancia que en Génova conceden a la decisión sobre las candidaturas en la Alcaldía y la Comunidad de Madrid. A día de hoy el presidente del PP no tiene ningún «caballo» seguro que le garantice la victoria por mayoría absoluta. Desde antes del verano el PP ha hecho encuestas, incluso Ana Botella encargó las suyas. Pero en estos estudios ni Aguirre ni la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, aseguran la mayoría absoluta al PP. «Los que dicen que Aguirre daría la mayoría absoluta al PP hablan, por ahora, de oídas», advierten en Génova.

Desde el entorno del presidente del Gobierno sostienen que Rajoy, medianamente que pueda, preferiría que Aguirre «no se saliese con la suya» y no fuese la candidata. El presidente del PP no se fía de ella y en la dirección del partido no ven con buenos ojos sus «codazos» para imponer sus deseos. «Tiene gracia que critique el «dedo» de Rajoy quien ejerce un control férreo de la organización territorial y quien también ha hecho su carrera política a base de dedazos», sostiene un alto dirigente de Génova. La cúpula popular ha tomado nota de algunos de sus últimos «recados y el silencio no implica que aprueben sus actuaciones ni que pasen por alto sus «líos judiciales» por su enfrentamiento con los agentes de movilidad de Madrid.

Dicho todo esto, si Aguirre es la única opción que Rajoy tiene a su alcance para garantizarse la mayoría absoluta en la Alcaldía madrileña, Génova hará «de tripas corazón», como explica uno de los «fontaneros» de Moncloa, y Rajoy abrirá el camino a su candidatura. Las encuestas serán decisivas en la apuesta final y pesarán más que cualquier otra consideración. Rajoy primará los intereses del partido y la elección caerá a favor de quien mejor pueda defender esos intereses. Cifuentes, otra de las candidatas en liza, es una opción mucho menos «conflictiva» que Aguirre, pero la balanza –insisten desde la «cocina» de Génova– la inclinarán los sondeos.

El nombre de Soraya

Bajo este ruido electoral hay quien también está animando el nombre de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. Mujer de absoluta confianza de Rajoy, bien vista por la opinión pública y muy bien considerada dentro de las filas populares. Pero también una pieza clave en el equipo de Gobierno de Rajoy.

En cualquier caso, el presidente del Gobierno no está todavía dedicado a las candidaturas electorales. Éste es un asunto, especialmente en «plazas» tan morbosas como la de Madrid, que está dando y dará mucho que hablar en las semanas venideras, pero no es una cuestión prioritaria en la agenda presidencial. Rajoy tomará la decisión cuando tenga todos los elementos de juicio, a poder ser también los que afectan al PSOE. Pero en estos momentos su prioridad es Cataluña. Y en clave de partido, poner en marcha la estrategia para conseguir que el PP tenga más presencia pública y «venda» con más éxito el mensaje de la recuperación económica. Por cierto, dicen en Génova que cuanto menos se habla de Ignacio González, presidente de la Comunidad de Madrid, más se consolida como candidato.