Comercio electrónico
Sostenible y de proximidad, así es el servicio de paquetería que conquista las calles de tu barrio
Cada vez más recurrimos a internet a la hora de comprar, lo que significa que en las ciudades se realizan miles de entregas todos los días. Afortunadamente, han surgido nuevas fórmulas de reparto más sostenibles y eficientes. Además, tienen otras ventajas, como que el cliente puede decidir cuándo quiere su paquete o la de generar trabajo para colectivos vulnerables
Nuestro smartphone se ha convertido en “la tienda más grande del mundo”. Con un simple click cualquiera puede conseguir que llegue hasta su casa el producto que necesite. Sea del tipo que sea. El consumidor ha visto en el comercio electrónico un cómodo aliado para sus compras, más aún durante la pandemia, debido a las restricciones de la movilidad o a los horarios comerciales reducidos.
El nuevo perfil de consumidor digital ha obligado a las marcas a reinventarse, desde la personalización en la comunicación con los usuarios, hasta la forma de vender. Y ahora, incluso, se está replanteando el modelo de entrega. En esta última parte del proceso, el reparto de última milla o de proximidad se ha hecho fundamental. Las empresas de transporte envían los paquetes a los destinatarios en furgonetas que salen desde sus centros logísticos, situados fuera de las ciudades. Cada mañana estos vehículos hacen una ruta que tienen que repetir día tras día si no encuentran al destinatario en su domicilio. Esto puede generar congestión de tráfico y emisiones de CO2 en los centros urbanos.
De todo esto se dieron cuenta en Koiki, una innovadora empresa logística participada por Fundación Repsol, que decidió apostar por un modelo de negocio diferente. Querían reinventar el reparto de última milla y hacerlo amigable con el planeta y con las personas. “En un momento en el que los destinatarios están cada vez más preocupados por el cuidado del medio ambiente, las tiendas online necesitan un proveedor de transporte capaz de priorizar la sostenibilidad”, dice Aitor Ojanguren, CEO de la empresa.
Koiki cuenta con una extensa red de microhubs localizados estratégicamente en diferentes barrios dentro de los centros urbanos (tienen 62 centros activos en 20 provincias españolas). Hasta ellos llegan los paquetes y aquí se clasifican según el área donde se van a distribuir. Además, antes de iniciar el reparto, gracias a su tecnología propia, configuran qué ruta es la más eficiente para llegar a los destinos de cada zona. Los trabajadores van a pie, en bici o patinete eléctrico y en las ocasiones que lo requiere, por distancia o volumen del paquete, en vehículos eco-eficientes.Por cada mil envíos entregados de esta forma sostenible, se ahorra la emisión de 430 kg de CO2. Así contribuyen a la mejora de la calidad del aire de las ciudades y evitan congestiones de tráfico.
Además, en 2020 han firmado un acuerdo con Fundación Juan XXIII y Grup Cooperatiu TEB, para crear dos grandes centros logísticos en Madrid y Barcelona, respectivamente, con capacidad de gestionar y repartir de manera sostenible más de 10.000 envíos al día.
El destinatario elige
Los repartidores o “koikis” son los encargados de hacer este servicio logístico de cercanía. Trabajan a nivel de barrio y realizan las entregas de forma personalizada, para mejorar la experiencia del comprador. No en vano su lema es “cuándo tú quieras”, porque los destinatarios pueden decidir cuándo les viene mejor que llegue el repartidor. “La gente que compra algo encuentra un plus, porque cliente y repartidor se conocen”, dice Patricia de Francisco, responsable de marketing y ventas de la firma.
Además, Koikicolabora con entidades sociales, creando nuevas oportunidades laborales para colectivos vulnerables o de difícil empleabilidad. De momento,ya han dado formación y empleo a más de 160 personas.
El hecho de que Koiki haya tenido en cuenta tanto la sostenibilidad económica del proyecto como su impacto social y medioambiental es una de las claves de su éxito como modelo de negocio. En 2019 Fundación Repsol invirtió en esta empresa, de la que cuenta con un 35%, dentro de su programa de inversión de impacto. “El sector empresarial tiende cada vez más hacia negocios con triple impacto: económico, social y ambiental. En este caso, Koiki trabaja como operador logístico, pero tal como llevan a cabo la entrega de última milla tienen un impacto en la reducción de emisiones. Además, generan empleo para personas de colectivos vulnerables y realizan un servicio de proximidad para los vecinos”, explica desde Fundación Repsol Luis Casado, director de Repsol Impacto Social.
Al impulso que ha recibido Koiki por parte de Fundación Repsol, se suma ahora el de la empresa logística Seur, que ha decidido adquirir una parte del capital. “Empresas como Seur se apoyan cada vez más en compañías como esta porque les permite cubrir esa última parte del trayecto de forma sostenible. El respaldo de una Fundación como Repsol anima a otras grandes corporaciones a invertir sobre seguro y a firmas como Koiki les da la posibilidad de un mayor recorrido de crecimiento”, confirma Casado.
En Koiki se han marcado objetivos tan ambiciosos como estar presentes en los núcleos urbanos de las 150 ciudades con más de 50.000 habitantes de toda España para 2022 y continuar generando más oportunidades de empleo entre colectivos en riesgo de exclusión. Todo un reto, aunque, sin duda, recetas de negocio como esta son muy necesarias porque benefician a todos: a los clientes ya que les da un servicio cercano y flexible, a las empresas, porque las ayuda a ofrecer servicios más sostenibles, a la sociedad, generando oportunidades de empleo y al planeta, reduciendo emisiones.
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