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Opinión

Antihistamínicos naturales frente a la fiebre del heno

Cuando alguien sufre de fiebre del heno, su sistema inmunológico reacciona de forma exagerada al polen
Cuando alguien sufre de fiebre del heno, su sistema inmunológico reacciona de forma exagerada al polenlarazon

La fiebre de heno, o rinitis alérgica, es una reacción de las membranas mucosas al polen. Los médicos a menudo tienen dificultades con el diagnóstico, especialmente cuando los síntomas iniciales se manifiestan durante el invierno. Los primeros árboles, como el abedul o el avellano, pueden empezar a producir polen ya en febrero, mientras que las gramíneas lo producen principalmente en verano. Sin embargo, algunas plantas de interior y de aire libre, tales como la hiedra, la yuca y el ficus, también pueden desempeñar un papel en relación con los síntomas febriles.

Cuando alguien sufre de fiebre del heno, su sistema inmunológico reacciona de forma exagerada cuando el polen entra en contacto con las membranas mucosas. La mucosa nasal es la primera en encontrarse con el polen y esto conduce a muchos de los síntomas más conocidos, como estornudos, picor y goteo nasal. También las mucosas de los ojos (ojos rojos, llorosos) y la garganta («cosquilleo») pueden responder por el polen.

En una reacción alérgica, la liberación de histamina de los mastocitos desencadena una cascada de alteraciones que producen sustancias que son responsables de las características de dicha reacción (por ejemplo, el anticuerpo IgE).

La fiebre del heno se suele tratar con antihistamínicos. Sin embargo, también hay sustancias naturales con un efecto antihistamínico, tales como los flavonoides. De estos, en particular el OPC (proantocianidinas oligoméricas) y la quercetina se sabe que son eficaces. La vitamina C también tiene propiedades antihistamínicas.

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