Ventas

50 millones (en efectivo) por la última joya de la edad dorada en la Quinta Avenida

Un comprador anónimo inglés se ha hecho con un edificio que, a mediados de los años 50, se convirtió en la sede de la antigua Yugoslavia ante las Naciones Unidas.

Interior del edificio de la Quinta Avenida.
Interior del edificio de la Quinta Avenida.Agencias

Era una de las joyas más preciadas de la Quinta Avenida y sus dueños, cuanto menos, muy sorprendentes. Y ha cambiado de manos después de que un comprador anónimo, del que lo único que se sabe es su nacionalidad inglesa, adquirió un formidable edificio en una de las arterias más prestigiosas de la ciudad de Nueva York a cambio de 50 millones de dólares, que el inversor aportó, sorprendentemente, en efectivo.

Se trata de un edificio de casi 2.000 metros cuadrados, considerado una de las últimas joyas de la edad dorada de la Quinta Avenida y que cuenta con una apasionante historia. Construido en 1904 para ser la residencia de R. Livingston Beekman, que poco después se convertiría en gobernador de Rhode Island, pasó luego por las manos de George Brant y del matrimonio formado por Henry White y Emily Thorne Vanderbilt.

Su siguiente transacción fue histórica ya que el edificio en cuestión fue comprado en 1946 por Josip Broz Tito, el todopoderoso presidente de la antigua Yugoslavia, que lo compró para convertirlo en la Misión Permanente de su país ante las Naciones Unidas. Durante la Guerra Fría, concretamente en 1961, Tito, junto a los mandatarios de India, Indonesia, Egipto y Ghana, decidieron crear el Movimiento de los Países No Alineados en uno de los salones del edificio. En la planta más alta del mismo se llegó a instalar una habitación acolchada con una jaula de Faraday para bloquear campos electromagnéticos y evitar así cualquier intento de espionaje.

A la muerte de Tito y la posterior disolución de Yugoslavia, el edificio quedó en propiedad de los cinco estados resultantes de las horrorosas guerras de los Balcanes, Croacia, Eslovenia, Serbia, Bosnia-Herzegovina y Macedonia del Norte, y ellos son los que ahora se dividirán el pago realizado por el misterioso comprador inglés del dinero en efectivo.

La fantástica residencia posee 32 habitaciones espacios y 12 baños repartidos en sus 9 plantas. 10 de estas estancias presentan impresionantes vistas directas a Central Park y a algunos de los edificios más representativos de la Quinta Avenida.

La mayoría de los detalles originales de la casa permanecen intactos hasta el día de hoy, incluidos dos impresionantes tapices franceses del siglo XVIII sobre la gran escalera de caracol, 17 chimeneas, balaustradas talladas a mano hechas de piezas únicas de mármol italiano raro, techos pintados a manos, revestimientos de un antiguo castillo francés y dos ascensores.