Almeida exige a Sánchez que recupere el Palacio de Congresos

El imponente y colorido mosaico de Miró que preside su fachada es solo una sombra de lo que en su día fue el Palacio de Congresos Municipal. El edificio que se enfrenta al Santiago Bernabéu en el Paseo de la Castellana lleva cerrado a cal y canto desde 2012 por motivos de seguridad. Las razones hay que buscarlas en un incendio que se originó en 1995 y por el que se clausuró la mitad del edificio. 17 años después, el resto del inmueble se cerró por incumplir la normativa municipal. Desde entonces es solo un zombi de hormigón en la lista de tareas pendientes del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.

Ayer, el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, le recordó al presidente del Gobierno la necesidad de recuperar un centro que puede jugar un papel vital en una ciudad que está llamada a ser un referente en la organización de congresos. «Es un lujo, no nos podemos permitir que un recinto y un espacio de estas características en estos momentos no esté disponible para la ciudad de Madrid», dijo.

El alcalde culpó directamente a Sánchez de la situación ya que, según sus palabras, antes de la moción de censura que apartó a Mariano Rajoy de la Moncloa estaba «prácticamente todo hecho y todo preparado» para su reapertura, unos planes que se frenaron con el cambio de Gobierno. «Ya no hay excusas», concluyó.

Las obras del Palacio de Congresos de la Castellana concluyeron en 1970 y hasta el incendio de 1995 había sido sede de la Conferencia sobre la Seguridad y la Cooperación en Europa auspiciada por la OSCE (entre noviembre de 1981 y septiembre de 1983) y centro de Prensa de la Copa Mundial de Fútbol de 1982.

Precisamente en Fitur, en enero de 2018, el entonces ministro Álvaro Nadal presentó junto a la ex presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, y la anterior alcaldesa de la capital, Manuela Carmena, un plan con el que Ifema pasaría a ser la encargada de explotar el espacio durante los siguientes 50 años. También se planteaba la posibilidad de que en una parte anexa al edificio principal se situara la sede de la Organización Mundial del Turismo (OMT). Incluso se habló de detalles relativos a la ampliación del edificio. Diez meses después, y ya con Sánchez al frente, se hacía público el fracaso del proyecto.