Joyas históricas
Madrid amplía el horario de los museos de Metro durante toda la Semana Santa
De la “Estación Fantasma” de Chamberí al museo arqueológico bajo tierra de Ópera, el suburbano de la capital tiene mucho que ofrecer
La Comunidad de Madrid va a ampliar los días de visita a los museos más emblemáticos de Metro para que se pueda disfrutar de ellos durante todos los días de la Semana Santa.
Así lo ha anunciado el consejero de Vivienda y Administración Local, David Pérez, durante su visita a la estación de Chamartín, donde se puede hacer un recorrido detallado del nacimiento y evolución de los primeros modelos de trenes que circularon en la red del suburbano.
Horarios
Con esta ampliación de horarios, la exposición de Chamartín, la Nave de Motores, la estación de Chamberí, los Caños del Peral y el Vestíbulo de Pacífico, abrirán de lunes a miércoles entre las 10 y las 14 horas, mientras que jueves, viernes y sábado abrirán en horario de 10 a 14 horas por la mañana, y de 16 a 20 horas por la tarde. El domingo abrirá solo en horario de mañana.
Debido a las medidas sanitarias contra el Covid-19, las visitas cuentan con aforo limitado, por lo que se realizarán en grupos guiados, cumpliendo con los protocolos de seguridad y con inscripción previa en la web museosmetromadrid.es, donde también están especificados los horarios.
La entrada a todos estos espacios es gratuita, solo hace falta un título de transportes para acceder a las estaciones de Chamartín, Ópera y Pacífico, ya que los espacios visitables se encuentran después de los accesos de entrada.
Estación de Chamartín
La estación de Chamartín, que acoge la exposición de trenes clásicos, permite contemplar “auténticas joyas históricas”, ya que cuenta con los primeros modelos de coches que circularon desde 1919 por la Línea 1 hasta los que lo hicieron hasta 1965.
Además de los 12 coches históricos restaurados hasta el “más mínimo detalle”, también se puede disfrutar de cerca de 100 piezas históricas del suburbano.
La Nave de Motores, que fue construida entre 1922 y 1924, conserva su aspecto original y cuenta con tres enormes motores diésel y el resto de la maquinaria (alternadores, transformadores, etc.) que en su momento sirvieron para generar y transformar la energía con la que funcionaban los trenes.
El edificio destaca por “la claridad de su concepción, la atención al detalle y la buena ejecución que caracterizan todo el trabajo de uno de los grandes artífices de la imagen de la ciudad de la primera mitad del siglo XX, Antonio Palacios”.
Por otro lado, la estación de Chamberí, conocida como la Estación Fantasma, permitirá a quien la visite volver al Madrid de los años 50 y 60 descendiendo tan solo unos escalones. La antigua estación de Chamberí pertenece a la primera Línea de Metro, inaugurada en Madrid en 1919, que contaba con ocho estaciones.
A principios de los años 60, la Compañía Metropolitana decidió aumentar la longitud de los trenes y ante la imposibilidad de alargar esta estación, la clausuró. El cierre definitivo tuvo lugar el 22 de mayo de 1966.
El diseño es también de Antonio Palacios, que eligió para el interior de la estación un recubrimiento cerámico con juegos ornamentales. Sus carteles publicitarios son uno de los “grandes atractivos” de la estación, ya que se conservan prácticamente tal y como fueron creados en la década de los años 20.
También, durante estos días, habrá posibilidad de adentrarse en la estación de Ópera para contemplar el mayor museo arqueológico bajo tierra de Madrid, un espacio de 200 metros cuadrados donde se pueden ver restos arqueológicos de los siglos XVI y XVII pertenecientes a la Fuente de los Caños del Peral, el Acueducto de Amaniel y la Alcantarilla del Arenal.
Por último, se encuentra el antiguo vestíbulo de la estación de Pacífico, otra oferta museística de Metro para poder conocer un espacio original de 1923, año en que se inaugura esta estación de la Línea 1 mediante la prolongación de Atocha a Puente de Vallecas.
Se trata de otro proyecto arquitectónico realizado por Antonio Palacios, que contemplaba un vestíbulo abovedado con lucernario central, que se modificó por el actual de planta rectangular con fuertes machones que los dividen en tres tramos y tres bóvedas más. Existía un único acceso desde la entonces calle del Pacífico, hoy Avenida Ciudad de Barcelona, esquina a la calle de Caridad.
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