Aluniceros

“El Rafita” cayó por Wallapop

La Guardia Civil le detuvo al ir a comprar un embellecedor de tubo de escape a un taller de Alcorcón

«El Rafita», en el barrio del Alcorcón donde vivía en 2010 © Santi Carneri
«El Rafita», en el barrio del Alcorcón donde vivía en 2010 © Santi Carnerilarazon

El Grupo de Delincuencia Organizada de la Guardia Civil de Tres Cantos llevaba tiempo sabiendo de sus andanzas. «El Rafita», el individuo que junto a otros tres compinches violó, atropelló y quemó viva a Sandra Palo en 2003 cuando él solo tenía 14 años, había vuelto a los «alunizajes». Tras cumplir condena por el macabro crimen (una sentencia ínfima que reabrió en España el debate sobre la Ley del Menor), el joven se puso a trabajar en el negocio familiar: el robo de coches para su posterior despieza y reventa de piezas. Había estado entrando y saliendo de prisión por su reincidencia y andaba dando tumbos entre Alcorcón (donde estuvo viviendo en un piso okupado de la Avenida Villaviciosa) hasta Palomares, en Vallecas, donde vivió un tiempo con la madre de su primer hijo, pasando por la Cañada Real, su escondite donde su familia tiene dos parcelas en el Sector VI. A pesar de que había dicho hace poco que la Prensa no le dejaba reinsertarse en la sociedad y se sentía perseguido (quien realmente le buscaba era la Policía por varias requisitorias judiciales) lo cierto es que él siguió haciendo lo único que sabe: robar vehículos.

“El Kevin”, su nuevo socio

Hacía unos meses que se había aliado con otros dos compinches con antecedentes para dar «palos» en bares y restaurantes de toda la región. Utilizaban el método del alunizaje y, una vez empotrado el coche contra la luna del establecimiento que fuera, terminaban de romperlo con mazas. Entre los tres sujetos, suman más de 25 antecedentes desde que son mayores de edad, porque llevan delinquiendo desde muy temprana edad. Ahora les atribuyen una veintena de robos, sobre todo en negocios hosteleros pero también dieron «palos» en alguna farmacia y casas de apuestas. Había cogido el trabajo con ganas y se hacían hasta cinco locales en una sola noche. A uno de los otros dos arrestados le llaman «Kevin», es de la Cañada Real y en un reciente robo de una nave de Pinto cogió a un municipal y le tiró del coche en marcha. No dudan, como todo este tipo de aluniceros, en utilizar la violencia si se ven acorralados y en esta ocasión, cuando los agentes de la Guardia Civil planificaron las tres detenciones simultáneas se resistieron a ser engrilletados.

Un Seat Córdoba

La de «El Rafita» se produjo en un taller mecánico de Alcorcón el pasado lunes por la noche. El delincuente había visto por Wallapop un embellecedor de tubo de escape por 15 euros y fue a comprárselo al dueño. «Según llegó me dio el dinero y me dijo, ¿te importa que me quede aquí montándolo? El chico muy educado y le dije que claro que no. Estuvimos hablando porque él también vendía por esta página su coche, un Seat Córdoba gris, al que le estaba colocando el embellecedor que me compró», explicó ayer a este diario el propietario del taller, muy sorprendido de que se hubiera topado con «El Rafita» sin saberlo. Fue a última hora cuando la Guardia Civil entró al taller de forma abrupta y le redujo sin capacidad de maniobra. El propietario no entendía nada hasta que los guardias le explicaron de quién se trataba. «Me quedé a cuadros», asegura.