Ciencia

El Valle de los Neandertales revela sus secretos más antiguos

Un equipo multidisciplinar, liderado por Enrique Baquedano, Juan Luis Arsuaga y Alfredo Pérez-González, reafirma a Madrid como referente mundial en la investigación de nuestros orígenes

En el corazón de la Sierra Norte madrileña, junto al Lozoya, el Valle de los Neandertales mantiene a la Comunidad de Madrid en la primera línea de la ciencia internacional con cada nueva campaña arqueológica. Esta 24ª edición, bajo la dirección de Enrique Baquedano –al frente junto a los expertos Juan Luis Arsuaga y Alfredo Pérez-González– congrega a más de un centenar de especialistas y técnicos centrados en descifrar los secretos del pasado humano y animal de la región.

Sin duda, uno de los grandes hallazgos en este valle es el molar atribuido a un hominino, el resto humano más antiguo descubierto hasta la fecha en todo el ámbito madrileño. El diente, localizado en agosto de 2023 en los niveles profundos de la cueva Des-Cubierta dentro de un antiguo cubil de hienas, ha permitido fechar la ocupación humana del valle entre 400.000 y 500.000 años atrás. «Sabíamos que había humanos aquí desde hace medio millón de años, pero faltaba la prueba directa», reconoce Baquedano. «Ahora la tenemos, y nos sitúa a la altura de yacimientos como Atapuerca».

No es una casualidad que el lugar se conozca como el Valle de los Neandertales, pero el propio Baquedano lo matiza: «Le pusimos ese nombre por la gran cantidad de yacimientos de época neandertal y actividad de esta especie humana, que es Homo neanderthalensis, pero insisto en que ahora realmente, si tuviéramos que volver a bautizarlo, lo denominaríamos el Valle de la Evolución Humana porque aquí hay presencia de casi toda la filogenia humana representada en el continente europeo».

La singularidad de la cueva Des-Cubierta reside precisamente en esa alternancia de ocupación: durante milenios, hienas, grandes carnívoros y humanos compartieron y disputaron estos espacios. El molar, insertado en una secuencia de huesos y herramientas animales, da fe de una convivencia íntima y compleja que definió la vida en la mitad del Pleistoceno.

Molar que supone el resto más antiguo hallado en la zona
Molar que supone el resto más antiguo hallado en la zonaLRM

El segundo gran hito es el asombroso «santuario» de cráneos de grandes herbívoros hallado en la misma cueva. Hasta 37 cráneos de bisontes, uros, ciervos y rinocerontes han sido recuperados y estudiados. No es solo su cantidad, sino la evidencia de que muchos fueron manipulados cuidadosamente, separados de sus mandíbulas y transportados al interior de la cavidad por los neandertales, que los depositaban siguiendo patrones que se repiten, generación tras generación.

Durante el recorrido, la arqueóloga, Belén Márquez, jefa de la Unidad de Parques Arqueológicos y Paleontológicos del Museo Arqueológico y Paleontológico de la Comunidad de Madrid, en Alcalá de Henares, lo describe con entusiasmo: «Lo encontramos a lo largo de todos los niveles, colocados siempre igual; es como un desfile de cabezas. No hay otra explicación que no sea simbólica o ritual: tú no arrastras la cabeza de un rinoceronte o de un bisonte solo para comer. Hay algo que no podemos ver, pero que inevitablemente apunta a la mentalidad neandertal».

Los paleontólogos, este pasado viernes, en plena campaña de excavación
Los paleontólogos, este pasado viernes, en plena campaña de excavaciónMarcelo Moncayo

Espiritualidad

La interpretación científica de este santuario marcó un antes y un después en la paleoantropología internacional: por primera vez se reconoce un comportamiento simbólico claro en neandertales, mucho antes de la llegada del Homo sapiens. Como explica el propio Baquedano: «No solo somos nuestra especie, los Homo sapiens, los que tenemos capacidades cognitivas complejas que nos permiten la ritualidad, es decir, tener capacidad para la simbología, sino que debemos compartir esa capacidad, ese podio de la evolución humana con esta otra especie de primos hermanos nuestros que son los neandertales». Esta hipótesis fue noticia internacional tras la portada de Nature Human Behaviour en 2023, que elogió el santuario de Pinilla como uno de los testimonios más sólidos de pensamiento simbólico en el linaje humano antes del Homo sapiens. La ciencia, que tanto recela de las suposiciones, aquí se rinde a la evidencia: los neandertales madrileños tenían cultura, símbolos y tal vez, una forma de espiritualidad.

Desde el 16 de septiembre, las visitas guiadas se retoman, permitiendo al público conocer de primera mano los escenarios donde se forjó la historia humana en el centro peninsular. Son los propios miembros del equipo quienes guían a los grupos por la zona, resolviendo dudas e involucrando a los visitantes en la emoción del descubrimiento y el respeto por el patrimonio.

Las reservas para estos recorridos, pensados para todas las edades y niveles de curiosidad, quedan abiertas a través de la web oficial del Valle de los Neandertales. Así, Madrid refuerza su apuesta por la ciencia, la divulgación y la preservación de uno de sus tesoros más antiguos: la huella impresa de nuestros parientes más remotos y la oportunidad de revivirla, paso a paso, en el corazón del valle donde empezó nuestra gran aventura.