Máxima tensión
Radiografía de la bronca total en la Asamblea de Madrid: ¿qué enfadó a la vez a la izquierda y a Vox?
Toda la oposición abandonó el Pleno, también los d Monasterio, tras atacar el ataque del PSOE al hermano de la presidenta. Los socialistas exigen la dimisión de la presidenta de la Cámara
Lo que era un pleno monográfico en la Asamblea de Madrid sobre las contrataciones de emergencia durante la pandemia, a petición de Vox, acabó ayer en una gran trifulca que desencadenó el abandono del hemiciclo de los grupos parlamentarios de izquierda (Más Madrid, PSOE y Unidas Podemos), a los que se unió Vox. Los populares se quedaron solos en el Pleno defendiendo sus planteamientos y el resto solo acudió a votar después de pedir la dimisión y la reprobación de la presidenta de la Cámara, Eugenia Carballedo, e incluso amenazar con la posibilidad de acudir a los tribunales.
El ambiente empezó a crisparse a raíz de que la diputada socialista Carmen López, se refiera al hermano de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, durante su intervención, lo que motivó que Carballedo exigiera una rectificación por aludir a un familiar de un diputado de la Cámara, una rectificación que no se produjo, por lo que ésta pidió que abandonara su escaño después de apercibirla y sacarle la «tarjeta roja» hasta tres veces. Es más, llegó a llamar a los servicios de la Cámara para que expulsaran del hemiciclo a la diputada ante la negativa de ésta de abandonar la sala.
Los socialistas estaban molestos porqueel consejero de Economía y Hacienda, Javier Fernández-Lasquetty (PP), había llamado a los miembros de la oposición «vagos y torpes» ante las interpelaciones de los grupos en las que han solicitado mayor transparencia en la contratación. Pero los populares creen que los socialistas ya iban predispuestos a montar el «numerito» y a atacar en lo personal a la presidenta, después de que ya lo hicieran con su padre fallecido nada más llegar al poder. «Era una estrategia predeterminada porque el Pleno les estaba yendo mal y tenían que sacar rédito político», asegura el diputado popular Pedro Muñoz Abrines.
La reprimenda de la presidenta de la institución a la diputada del PSOE, que se negaba a rectificar, creó momentos de tensión.
–Carmen López (PSOE): «Aquí no hay más incompetencia que la de la presidenta Ayuso. Más incompetente no la hay ni la van a encontrar en la vida (...). Dedíquense al hermano de la Sra. Ayuso, que se dedica a ir por los hospitales a sugerir a las unidades de contratación a que empresa hay que contratar».
–Eugenia Carballedo: «Sra. López, no está en el uso de la palabra. Me temo que estoy hablando yo. Está haciendo alusión directa a un familiar de un diputado de la Asamblea. Y lo está haciendo, además, no con palabras amables ni neutras, sino con palabras muy graves. No se me ocurre nada más en contra de lo que son las reglas de la cortesía parlamentaria y usted y todos tenemos el deber, porque así lo mandata el Reglamento, de mantener y adecuar nuestra conducta a las reglas de la cortesía parlamentaria. Y usted no lo ha hecho. La llamo al orden y le pido, por favor, no solo que no insista en una acusación de tal calibre, sino que, además, retire esa afirmación».
–¡Se llama libertad! (replica desde su escaño la diputada socialista Irene Lozano).
–Eugenia Carballedo: Sra Lozano, primera llamada al orden. Sra López, a pesar de la interrupción, usted me ha entendido bien.
–Carmen López (PSOE): No he entendido lo último.
–Eugenia Carballedo: La he dicho, señora López, que está usted muy distanciada de lo que debe ser el deber...(murmullos en el hemiciclo). Le pido que no insista en esta actitud y retire las palabras que ha dicho sobre el comportamiento de un familiar de un diputado de este hemiciclo.
–Carmen López (PSOE): Presidenta, no lo voy a retirar, y me gustaría que la misma actitud que tiene usted aquí hoy la tuviera usted con ella (Ayuso), que nos insulta y no para.
La presidenta de la Asamblea finalmente llama a los servicios de la Cámara para obligar a la diputada a abandonar su escaño y es en ese momento cuando los grupos de la izquierda, a los que se unió Vox, deciden abandonar el hemiciclo en masa.
La situación obligó a convocar una junta de portavoces urgente. El socialista Juan Lobato, recién nombrado secretario general de los socialistas, portavoz del PSOE y en vísperas del congreso que celebrará su partido en Madrid, exigió la dimisión de Eugenia Carballedo por su «acto antidemocrático que va absolutamente en contra de la libertad de la expresión, la Democracia y cómo debe funcionar un Parlamento». Lobato exigió una rectificación que no se produjo y acusó a la presidenta de la Cámara de «falta de ecuanimidad». Anunció asimismo que se registraría una solicitud de reprobación que los populares se apresuraron a aclarar que «es una figura que no existe».
Mónica García, la portavoz de Más Madrid, apoyó los argumentos del PSOE. «Ayuso nos ha insultado por activa y por pasiva. La presidenta ha decidido hacer una llamada al orden que nos parece impresentable». En la misma línea se expresó la portavoz de Podemos, Carolina Alonso. Mientras, Vox registraba un escrito en el que exigían explicaciones sobre cuáles eran los límites que tienen los diputados en la libertad de expresión, si se puede hablar de un proveedor que es familiar de un diputado o no. «Nosotros hemos aguantado que se nos dijera nazis, los doce apóstoles del odio que chapoteábamos en la sangre de determinados colectivos. Se ha hablado de familiares míos aquí y nunca la presidenta de la Mesa ha pedido a ese diputado que se fuera.
Que Vox se alineara con la izquierda descolocó al PP, que pidió a Monasterio evitar el seguidismo y «situarse de políticos que se comportan como gentuza o defenderlas instituciones,», dijo Alfonso Serrano.
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