Entrevista
Alfredo Alvar: «Es fundamental situar al Casino de Madrid a la vanguardia social»
El profesor del CSIC se presenta a presidente de la institución tras las causas abiertas ante la Justicia de la actual junta directiva
El Casino de Madrid no es solo un edificio imponente. Es una de las instituciones de mayor prestigio cultural a nivel nacional desde su creación en 1836. Hoy, con algo menos de 1800 socios, de todas las profesiones, géneros y formación sigue representando un auténtico crisol de la sociedad madrileña. Así lo explica a LA RAZÓN Alfredo Alvar, profesor de Investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y miembro del Casino desde 2001 y que ahora se presenta a la presidencia del mismo después de un periodo convulso debido a la gestión de la actual junta directiva, que ha llevado a convocar elecciones anticipadas.
Es socio desde hace más de 20 años, ¿cómo ha sido la evolución del Casino en este tiempo?
El Casino ha sido, en muchos aspectos y durante mucho tiempo, la vanguardia cultural de Madrid. Además, ha jugado un papel muy importante en la promoción de deportes como el golf. Entonces, en el Casino existe una mezcolanza fascinante, desde el punto de vista sociológico, entre gente muy vinculada al mundo de la cultura, del deporte… Es decir, el ambiente cultural y social del casino es muy rico. Sin embargo, durante los últimos años ha comenzado a adolecer de cierta pluralidad.
¿De qué manera una institución como esta favorece e impulsa distintos aspectos de la vida social de Madrid?
Aquí se celebran –o deberían celebrarse– tertulias de todo tipo de primera calidad, desde musicales a literarias o foros de opinión. Hay una vida social activa pero que, desde mi punto de vista, se debería potenciar aún más.
¿Qué ha ocurrido para que no sea lo que debería ser?
Es una pena que esta institución, que nació en 1836, haya salido en los periódicos por las cuestiones que ha salido. Pero una verdad absoluta y una verdad incuestionable es que hay seis demandas y una querella criminal sobre la mesa con unas medidas cautelares dictadas por una jueza, un recurso de los afectados y una desestimación de dicho recurso por parte del Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Cuando el río suena, agua lleva. Algo ha pasado que no tenía que haber ocurrido. Pero yo, con mi candidatura, no quiero centrarme en el pasado del Casino, sino soñar con su futuro y el de sus socios. Es una institución fascinante a la que hay que tratar con respeto, y es algo que últimamente no ha ocurrido.
¿Cómo se han tomado los socios esta situación?
De los 1800 socios hay más de 400 que no tienen acceso digital. Comprendo que en su mayor parte la mayoría de los socios desconfíen de lo que está sucediendo. Yo no soy actor de las demandas judiciales. Y lo que pido es que haya un voto de confianza para los que queremos poner punto y final a esta situación, y explicarles a los socios lo que ha ocurrido. Es de vital importancia que lo entiendan.
Por otro lado, formamos parte de una institución con un valor cultural inmenso. La biblioteca de este Casino es espectacular, de lo mejor que hay para conocer el Modernismo en España. Tiene una riqueza patrimonial espectacular, y hay que hacer que la gente se sienta a gusto, orgullosa de pertenecer a esta institución. Y, sobre todo, que no se sienta utilizada.
¿Por dónde pasa el futuro de la institución?
En primer lugar, que los estatutos se hayan modernizado. Me encantaría que hubiera más transparencia. Que no haya una diferencia, como ocurre hoy en día, entre la junta directiva y los socios. La dirección está para servir a los socios y estos para cooperar en la gestión de la institución. Se necesita, además, la redacción de un código ético de gestión de la institución, como se ha hecho en otras muchas. Esto es importante porque a muchos nos preocupa que este edificio se convierta en la sede de empresas privadas. Lo que queremos es que este edificio siga siendo para uso y disfrute de los socios, y ahora con NH por el gran convenio que tenemos con la firma.
En su programa ponen especial interés en el papel de las mujeres y los jóvenes
Hay muchas asociaciones que han envejecido, y esto ha provocado que fenómenos como la brecha digital se noten mucho. Aquí hay una enorme brecha digital entre una parte de los socios y la sociedad. Nos gustaría que los socios supieran convivir con esa digitalización, guste o no, porque la única manera que hay de defenderse de la digitalización es sabiendo cómo funciona, no aislándose.
Por otro lado, queremos poner en valor el papel de las mujeres. A día de hoy hay mujeres en esta institución. Hay muchas actividades para ellas, y hay que seguir fomentando esto, así como su participación activa en la institución. Hay que hacer ahí una cierta discriminación positiva, muy importante para poner al Casino en la sociedad.
¿De qué manera se consigue que, en ese proceso de modernización, la institución no pierda su seña de identidad?
La única forma de garantizar esto es con la calidad. Si llegara a ser presidente, lo siento por los socios, pero van a tener que trabajar. La idea que tengo es que se haga por comisiones: un sistema democrático que garantice la escucha a los socios y el correcto funcionamiento de todos los aspectos del Casino. Esta institución no puede conformarse con hacer las cosas como las hacen los demás. En primer lugar, por la antigüedad y el prestigio de que tiene, por la calidad de los componentes de la institución y por la retroalimentación de este sistema. Es decir, traer aquí a los mejores, tanto de letras como de biología molecular, me da igual. Lo importante es establecer el diálogo entre los distintos aspectos del saber.
No puede ser que, durante la pandemia, el Casino no haya dicho nada ni siquiera a sus propios socios. La retroalimentación del saber tiene que ser algo permanente. Al que no le apetezca aprender más de lo que sea, a lo mejor esta no es su institución. Es fundamental que una institución de esta magnitud esté colocada a la vanguardia de Madrid dando satisfacción a los socios, no como refugio de unas empresas que vengan aquí.
En la caótica situación en la que está sumida la dirección del casino me presento a las elecciones. Yo lo que quiero es que no salgamos en los periódicos sino por la excelencia de la institución. Me presento acompañado de tres personas del mundo judicial y de un profesor de historia moderna con muy buena cabeza para entender los movimientos sociales. Carlos V dijo aquello de “quiero paz, quiero paz, quiero paz”. El rey de Francia no hizo caso y todo saltó por los aires. A mí esto no me apetece.
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