Medioambiente
La «isla forestal» de Arganda donde se conservan y «clonan» los árboles amenazados
El Gobierno regional almacena en un banco semillas de las especies en riesgo
En apenas 200 semillas «cabe» la totalidad de la flora silvestre autóctona de la Comunidad de Madrid. Hasta tal punto que conforman un «banco» con el objetivo de preservar tanto los árboles como las pequeñas formaciones arbóreas de la región. El Área de Medio Ambiente, Vivienda y Agricultura, con la consejera Paloma Martín al frente, ha puesto en marcha la conocida como «Isla Forestal de Madrid» (Biformad): un banco de germoplasma dedicado a aquellas especies que, por causas climáticas o humanas, así como por la amenaza de otros vegetales invasores, se han visto sometidas a la alteración de su hábitat natural y, por tanto, o son vulnerables a desaparecer o ya están en peligro de extinción.
«Desde la Comunidad de Madrid contamos con numerosos proyectos e iniciativas para preservar nuestro patrimonio natural como Biformad, con el que conservamos la genética de más de 200 tipos de flora», explica la consejera regional.
Así, este banco, situado en Arganda del Rey, alberga y custodia muestras de material genético forestal y de flora silvestre capaces de transmitir los caracteres hereditarios de una generación a otra. Los investigadores de este organismo público las identifican, documentan y mantienen en las condiciones adecuadas para su conservación y utilización. Las colecciones son principalmente semillas, pero también esporas, partes de plantas o tejidos naturales.
Gracias a este banco, si alguna de sus poblaciones finalmente desapareciera, las muestras conservadas permitirían su reintroducción en el medio natural. En especial, se priorizan todas aquellas especies y taxones incluidos en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de la Comunidad de Madrid (que contiene 95 referencias de botánica).
Con todo, también se estudiarán todas aquellas unidades de conservación que los gestores del patrimonio forestal consideren prioritarias. Y del mismo modo, se trabajará en la detección de las especies de escasa distribución en la región, con posibilidad de desaparecer, para propiciar su recuperación y contribuir a mejorar la variedad vegetal del medio natural. A estas funciones, hay que añadir, explican desde el Gobierno regional, la accesibilidad y distribución del repertorio forestal público a otros bancos y organizaciones.
De este modo, Biformad cumple dos funciones simultáneas: la conservación a medio o largo plazo del germoplasma vegetal, y la producción de nuevos ejemplares a partir del material recogido y seleccionado, que servirán para reintroducirse en el entorno y mantener el estado original de los espacios regionales naturales.
Parque del Guadarrama
El banco comenzó a trabajar en los primeros meses del presente año con un catálogo de 140 especies, tanto arbóreas como silvestres, y de las cuales 25 están en riesgo e incluidas en el catálogo regional. Entre las más representativas, se encuentran el olmo de montaña (Ulmus glabra), que se puede encontrar en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama y en el Hayedo de Montejo; el tejo (Taxus baccata), que aparece en pequeños bosquetes y manchas de forma aislada; el sorbus; el pino pudio (Pinus nigra), presente en la población relicta de Guadarrama, conocida como El bosque plateado; la sabina albar (Juniperus thurifera) y la sabina mora (Juniperus phoenicia), ubicada en escasas localizaciones, así como la vegetación silvestre del Hayedo de Montejo.
A finales de octubre se habían sumado ya 214 ejemplares. De ellas, 70 son de especies diferentes (44 presentes en el Parque Nacional), 25 presentes en los catálogos de especies amenazadas y 81 árboles singulares. El l Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (Imidra) está prestando especial atención a estos últimos, con un programa específico para ellos.
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