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Sara Búho: “Sigue habiendo machismo en las instituciones literarias”

La escritora gaditana presenta «Perdón a la lluvia» (Lunwerg), un poemario, en el que habla sobre las decepciones o la reconciliación

Entrevista con la poeta Sara Búho.
Entrevista con la poeta Sara Búho.Alberto R. RoldánLa Razón

En estos días en los que la lluvia recorre incansable la capital, colapsa el transporte y altera los planes de la ciudadanía, la escritora Sara Bueno Hormigo (1991) —más conocida como @SaraBuho— elige pedirle Perdón a la lluvia». Y lo hace con versos como «amar es saber permanecer en la distancia precisa» desde un poemario editado por Lunwerg.

«Le pido perdón a todos aquellos momentos de mi vida que yo no supe saborear al 100%, porque estaba pasándolo mal. Se trata de revisitarlos, detectar los puntos negativos y sanarlos hasta poder volver y que el relato sea diferente, sin culpa», explica la gaditana a LA RAZÓN.

Se trata del sexto libro de la poeta, y de su portada se ha encargado la ilustradora Ana Santos, aunque su interior también está repleto de dibujos y frases manuscritas como las que han hecho que la escritora aglutine más de 400.000 seguidores en Instagram, donde comparte, sobre todo, poemas y autorretratos.

Entrevista con la poeta Sara Búho.
Entrevista con la poeta Sara Búho.Alberto R. RoldánLa Razón

Esto no es casual: pertenece a esa primera generación de escritores que tuvo lectores antes de publicar su primer libro, alterando el que fue considerado proceso tradicional de publicación hasta ese entonces, donde lo habitual era ir de puerta en puerta de las editoriales. La escritora recuerda que se estrenó en Fotolog y MySpace, dos plataformas que a día de hoy suenan «a Parque Jurásico», según bromea, por lo antiguas que son.

“El amor propio es saber reconocerte tus fallos, pero también lo que haces bien”

Fue al publicar su segundo poemario, Y yo a ti (Valparaíso), cuando se planteó dedicarse por entero a la literatura. Hasta ese momento, esto era impensable en ella, que había estudiado Derecho y tenía un máster en Marketing Digital, pues creció con la idea de dedicarse a algo que le diese estabilidad para que sus padres estuviesen orgullosos de ella, que era «la primera universitaria de la familia».

«Desde la primera oferta editorial hasta que publiqué La ataraxia del corazón (Valparaiso) pasaron cuatro años, porque no me sentía preparada», confiesa. Y, aunque en su caso las redes tienen un papel importantísimo, recomienda a otros creadores que tengan mucho cuidado con ellas.

Entrevista con la poeta Sara Búho.
Entrevista con la poeta Sara Búho.Alberto R. RoldánLa Razón

«Las redes son un ente con el que he aprendido a tener una relación, pero creo que hay que mantenerse a cierta distancia en la medida en la que son algo que forma parte de la vida del poeta, influyendo positivamente y negativamente también. Hay que tener muy presente que son una herramienta, aunque es muy interesante todo lo que implica acercarse al lector».

Pertenece a esa primera tanda de escritores que tenía lectores antes de publicar ningún libro

Como lectora, confiesa tener predilección por los «poetas suicidas» y, si se tiene que quedar con alguien, lo hace con Alejandra Pizarnik, Sylvia Plath, Gioconda Belli e Idea Vilariño. En cuanto a libro favorito, se queda con novelas muy realistas como «Matar a un ruiseñor» (B de Bolsillo) y «El verano que mi madre tuvo los ojos verdes» (Impedimenta).

Reconoce que tardó en empezar a leer a mujeres porque, en el instituto, apenas se incluían en las lecturas. «Es un gran momento, muchas autoras de esta generación han podido saltarse de manera inconsciente al poder cultural. La voz femenina estaba ahí y en la actualidad hay mucho más espacio para para ellas. El espacio que queda por conquistar es el que tiene que ver con las instituciones literarias, ahí sigue habiendo muchísima más presencia masculina que femenina», reflexiona.

Una ciudad que, a veces, te pasa por encima
Pese a disfrutar del ambiente y de valorar muy positivamente lugares como la Laguna de las Madres, la relación de la poeta con Madrid no fue un camino de rosas: «Mi primer contacto con Madrid fue familiar, y me encanta venir averles. Pero lo que me hizo huir tras una temporada viviendo aquí fue la sensación de que es una ciudad que es una rueda y que, si no te subes, te aplasta, y a mí me aplastó. Aquí aprendí mucho de la soledad, creo que es una ciudad en la que, a pesar de haber tanta gente, a veces te hace sentir muy sola. Esa dualidad de Madrid me fascina, pero tuve que tomar distancia y sigo disfrutando de ella a ratitos».

A la hora de escribir poesía, que para ella es «su compañera» y quien «le sigue enseñando a entenderse»; tiene que estar receptiva con su entorno, con sus emociones y con quienes le rodeanpara que broten los poemas. Un proceso en el que comenzó de manera natural, escuchando los poemas que le recitaba su abuela (escritos su bisabuelo) y gracias a unos padres que, sin ser especialmente lectores, le dieron a probar todas las facetas creativas que existen para que explorara.

Y de todas ellas eligió las palabras, algo en lo que también fueron determinantes algunos profesores de instituto apasionados por la literatura». Ellos fueron quienes sacaron algo que ya estaba dentro de ella, hasta que tomó forma con la pubertad, los sentimientos y el primer amor; para desahogarse y entenderse. Ahora, lo que busca es la paz: «Creo que es un punto bastante generalizado, pero lo único que persigo es estar en calma, tranquila», reconoce. Y conforme consigo misma, con quien el amor propio conseguido del que habla en el libro, tras vivir situaciones muy complicadas, es esencial.