Hortaleza

Las mascotas de Madrid se citan hoy en San Antón para ser bendecidas

La parroquia que encabeza el padre Ángel es una de las que tiene más arraigada esta fiesta de los animales

El Madrid más castizo tiene hoy una cita ineludible. La parroquia de San Antón de la calle Hortaleza en Madrid, de la que es párroco el presidente y fundador de Mensajeros de la Paz, el padre Ángel, acogerá este martes la bendición de mascotas con motivo de la festividad católica de San Antón. Será desde las 10 hasta las 20 horas en este templo madrileño.

La misa mayor tendrá lugar a mediodía, y a continuación se celebrarán eucaristías cada hora hasta las 19 horas, en las que el propio padre Ángel presidirá otra misa.

Por la tarde, a partir de las 17 horas, se celebrarán las tradicionales ‘vueltas de San Antón’, que partirán desde el citado templo en la calle Hortaleza, 63, de Madrid para recorrer las calles aledañas y concluir de nuevo en la parroquia. La tradicional venta de panecillos, que lleva abierta al público varios días, tendrá lugar este martes desde las 10 a las 20 horas.

La parroquia de San Antón del padre Ángel es una de las que tiene más arraigada esta fiesta de los animales. Según informa el Arzobispado de Madrid, al santo se le veneraba ya en el Madrid del siglo XVIII con una romería popular a la iglesia de la calle Hortaleza; al llegar, entre los romeros se repartían panecillos en recuerdo de la leyenda por la cual al santo, eremita del siglo III, un cuervo lo alimentaba. El templo, obra de Pedro de Ribera, fue en sus comienzos un hospital de leprosos, hasta que en 1794 se encomendó a los padres escolapios.

La tradición cuenta que san Antonio Abad, de origen egipcio, conocido popularmente como san Antón, vendió de joven todos sus bienes, entregó el dinero a los pobres y se dedicó a una vida de oración en el desierto. Además de acompañar en su camino de fe a otros eremitas, el santo vivió su vida rodeado de animales, algunos de los cuales, como la jabalina con la que se le representa a sus pies, lo servían y le defendían de las alimañas.