Entrevista
El arte urbano en todas sus formas de expresión
Conocida artísticamente como b01h, Laura Cuellas recibe a LA RAZÓN en su estudio y nos desvela en qué está trabajando y cuáles son sus fuentes de inspiración
Es arquitecta de profesión pero artista de alma. De lo primero, nunca ha ejercido y no recuerda un momento de su vida que no haya sido dibujando. Pero sí es capaz de rememorar cómo en la guardería escogieron uno de sus dibujos para la portada de un libro que realizaron en Carnaval y también ganar algún concurso en el colegio. Pero dibujar no era solo una afición que se quedaba en las aulas. En casa, su padre también pintaba. En ocasiones, sus obras han sido expuestas, y el tiempo de ocio familiar lo pasaban de exposición en exposición. Así, se puede decir que el arte, Laura Cuellas lo lleva intrínseco en su ADN. Sin embargo, confiesa que, a la hora de pensar cuando trabaja, lo hace como una arquitecta. «Pienso en la composición, en el color, en lo que quiero expresar… desde las herramientas que me enseñó la carrera», apunta. Una etapa que vivió deseosa porque llegara a su fin, sólo por tener tiempo para desarrollar su obra e investigar esa parte artística, pero tan latente en ella.
Los croquis de los proyectos arquitectónicos dieron paso a su primer mural, todo un reto que terminó por ser muy divertido para ella. Lo llevó a cabo con una amiga en Ponferrada y tuvo una dimensión de doce por cuatro metros. Siguió desarrollando esa parte muralista participando en Pinta Malasaña y Pintando el Sur, dos iniciativas de arte urbano que se celebran en diferentes partes de la capital. Más tarde se unió a la lista de artistas que afincaron sus estudios en el distrito de Usera alquilando una mesa en Espacio Oculto. «Ahí empecé a desarrollar la línea en la que estoy ahora: una mezcla de arte urbano, expresionismo, figuración y abstracción», cuenta a este periódico. Pero Madrid se le quedó pequeño y decidió saltar el charco y pasar una temporada en Nueva York. «Empezó interesándome la gente que me cruzaba por la calle, pero acabé por obsesionarme con el Metro. Es el espacio donde coinciden personas distintas y donde conviven en un mismo cubículo durante un montón de horas», explica. Fue a raíz de esto que las caras y las miradas comenzaron a formar parte de su obra de manera más pronunciada. La gran ciudad le dio la oportunidad de visitar estudios de artistas internacionales, trabajar para otros artistas y exponer su serie «Multitud: The Individuality of the Crowd».
En la capital lo ha hecho cuatro veces: en Espazio 32, Hopper, Espacio Contemplación y hace solo un mes, en The White Lab. Allí presentó su serie «Miradas que hablan» donde tanto los ojos, como el color, muy característico en sus obras, tuvieron un gran protagonismo. Además, llevó a cabo una colaboración junto al vermut italiano Carlo Alberto, para el que realizó un mural en vivo y expuso algunos de sus nuevas creaciones textiles. Esta es otra de las ramas que, junto a la fotografía, Cuellas pudo desarrollar durante su aventura neoyorquina. Allí trabajó como diseñadora textil, creando estampados para marcas comerciales y realizó diferentes sesiones fotográficas con sus prendas. Una de sus chaquetas ya ha pisado una alfombra roja, la de los European Music Awards celebrada hace cinco años en Bilbao, y que lució uno de los integrantes del grupo Crystal Fighters, Gilbert Vierich.
Ahora, ya tiene en mente su próxima serie y dónde quiere exponerla, pero aún no está trabajando en ella porque dice que aún le queda por descubrir la novedad que quiere incluir en la misma. Sobre lo que sí está trabajando es en una línea de pañuelos que saldrán a la venta el próximo otoño. Es precisamente en esta capacidad de transitar su vena artística por las diferentes modalidades donde encuentra el placer. Así lo hace también su inspiración: «Tengo diferentes fuentes de inspiraciones y no todas son artísticas. Mi obra tiene una base relacionada con la moda, la psicología, la música o artistas. Algunos de mis referentes son KidSuper o Kerby Jean-Raymond, muy diferentes en estilo pero que lo tocan todo», señala.
Su objetivo ahora es seguir pintando sin pensar en exponer, simplemente para seguir desarrollándose como artista. Como lo hizo esa Laura adolescente que rompió su burbuja interesada por los grafitis en un entorno donde esta manifestación artística no se tomaba como algo serio y que dio como fruto su actual nombre artístico: b01h. «Es un guiño para recordar mis inicios y a cómo he encontrado mi estilo y lo que de verdad me gusta hacer». Seguir su instinto, estar tranquila con lo que hace sin sentir la presión por no saber cuando será la próxima vez que sus cuadros tendrán cabida en una galería. Mientras tanto, sueña con poder colaborar con una marca de moda con la que poder seguir expresando su obra a través de otra de sus pasiones, el formato textil.
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