El colegio de educación especial de Móstoles que se ha "convertido" en una estación de Metro

Al atravesar las puertas del Centro Público de Educación Especial (CPEE) Miguel de Unamuno de Móstoles, algo resulta familiar. Y es que, desde hace unas semanas, las puertas y las paredes del centro se han decorado con una estética inspirada en Metro de Madrid: los carteles ahora indican cómo llegar a las aulas, a las salas multisensoriales, al gimnasio… Todo ello con un único objetivo: facilitar la integración y la autonomía de sus estudiantes.

“El Miguel de Unamuno es el colegio de educación especial que absorbe alumnos de Móstoles y de toda la zona, como Aldea del Fresno, Villa del Prado, Villamantilla, El Álamo, Brunete, Navalcarnero…”, expone Conchi Platero, jefa de estudios del centro. Asimismo, detalla que en él estudian “alumnos de tres a 21 años”, es decir, que incluye “infantil, Educación Básica Obligatoria y Transición a la Vida Adulta”. Todos ellos “con discapacidad mental o discapacidad mental asociada a otras dificultades, como discapacidad motora, autismo…”.

Platero asegura que cuando les ofrecieron esta oportunidad “nos pareció una idea estupenda”. “Ahora están señalizadas las aulas, los gabinetes, las salas de usos múltiples…”, explica, convencida de que “con la nueva cartelería los alumnos se orientan, pero, para las personas que vienen a nuestro colegio también es muy útil porque es un directorio, así que queremos conservar el diseño”. Pero, realmente, la tematización del centro Miguel de Unamuno forma parte de un programa escolar que Metro lleva realizando unos cuarenta años. Sin embargo, tal como apunta la responsable del área de Responsabilidad Social Corporativa de Metro de Madrid, Mónica Mariscal, “el curso pasado hicimos una actualización de este programa escolar, cambiándole el nombre y la imagen, y ahora se llama AulaMetro, y se incluyeron muchas actividades dirigidas al colectivo escolar de la Comunidad de Madrid desde infantil hasta bachillerato, incluyendo también algo que considerábamos muy importante: los centros de educación especial”. De esta manera, “forma parte de ese programa y tiene un matiz especial, y es que está apoyada por otra línea de trabajo que desarrollamos en Metro que tiene que ver con favorecer la autonomía de las personas con discapacidad a través del transporte público y, en concreto, del uso de Metro”.

“El objetivo principal de la actuación que hemos llevado a cabo en el Miguel de Unamuno es que escolares que, en definitiva, se están formando en temas de autonomía para que dentro de unos años puedan ser autónomos, aprendan en un entorno más amigable lo que es el espacio Metro”, continúa Mariscal. Para ello, lo que hacen es trasladar estas imágenes que, llegado el momento, se encuentra cualquier persona a la hora de entrar en Metro, y es “todo lo que tiene que ver con la señalización, correspondencias, directorios, planos, elementos como los interfonos…”. “A una persona con discapacidad siempre le aporta mucha seguridad, por ejemplo, saber que puede llamar a nuestros empleados a través de los interfonos”, asegura Mariscal, por lo que “trasladamos esa imagen de Metro a su centro para que en su día a día se familiaricen con ese entorno”.

Pero la acción no se queda únicamente en darle una imagen diferente al colegio, sino que se refuerza con charlas formativas en los centros. Hace dos semanas, de hecho, “se hizo en el Miguel de Unamuno con alumnos que están en ese módulo de autonomía y se da una sesión de una hora de duración en la que se les da una aproximación general de lo que es Metro, de su uso y de temas relacionados con la seguridad para transmitirles esa tranquilidad a los escolares”.

“Lo que hicimos desde el equipo directivo es meter el proyecto dentro de la semana cultural que hemos celebrado”, señala Platero. “Fue una charla muy práctica porque les explicaron a los chicos y chicas cómo usar el Metro, aunque ellos ya lo usan con los profesores porque solemos hacer muchas actividades de relación con el entorno, como ir a museos, a teatros, salir a desayunar… y para ello utilizamos el Metro”. A pesar de esto, Platero reconoce que no es lo mismo que estos jóvenes viajen en grupos y con profesores a que se tengan que enfrentar solos a ello, por lo que considera que, además de que estén familiarizados con ello, es muy importante que se les explique “cómo actuar en el caso de perderse, cómo actuar y también les hablaron de la historia de Metro y de un programa de acompañamiento para chicos y chicas que tienen que ir a trabajar o a estudiar solos desde su casa, así que los alumnos participaron mucho”.

“En el colectivo de las personas con discapacidad intelectual hay personas que pueden desorientarse o bloquearse con determinados ruidos o con la oscuridad a la hora de meterse en el túnel”, afirma Mariscal. “Por eso, lo que intentamos transmitirles es seguridad y tranquilidad, explicándoles qué se pueden encontrar en Metro y qué pueden hacer si tienen algún problema”, añade, ante lo que Platero asevera que, para las familias “esto una tranquilidad más, como lo es cualquier cosa que les ayude en la autonomía de estos jóvenes”.

Un servicio totalmente integrado

La tematización de centros como el Miguel de Unamuno se hace a través del programa escolar de Metro de Madrid, pero está reforzado con otra línea de trabajo, llamada Línea de Apoyo para el Refuerzo de la Autonomía (LARA). “Estamos hablando con otros centros de educación especial para ver si de cara al próximo curso podemos tematizar otros tres”, asegura Mónica Mariscal, quien asegura que “LARA es, por decirlo de alguna manera, el programa estrella dentro de la Responsabilidad Social Corporativa de Metro”. Sin embargo, aunque forme parte de la RSC, lo cierto es que “para nosotros es un servicio más dentro de la red”. “Es decir, no es ya un programa de acción social, sino un servicio totalmente integrado que ofrece Metro a sus usuarios, del mismo modo que lo es la eliminación de barreras físicas”, asevera.