
Costumbres
El hábito de los bares de Madrid que los turistas no entienden y genera confusión
Diferenciar entre caña, doble y botellín es importante para evitar confusiones

Madrid es una ciudad donde los bares toman más importancia ahora en verano. En sus terrazas, la vida social es única con costumbres que solo se aprenden a base de experiencia. Una de las más importantes y que sigue generando confusión hasta en los propios españoles, es la forma de pedir una cerveza. Aunque a primera vista parece sencillo y algo universal, existen matices que desconciertan, sobre todo, a los turistas.
Estas peculiaridades no solo reflejan la diversidad cervecera que hay en España, sino también una especie de código social que vive en cada región. Madrid es muy universal, pero en este caso, comprender este 'sistema' es clave para disfrutar al completo de los bares madrileños e integrarse en su ambiente castizo.
Cómo pedir una cerveza en Madrid
Solicitar una cerveza en Madrid no es tan sencillo. El problema radica en las diferencias que existen entre las regiones de España. Por ejemplo, en algunas comunidades es habitual pedir una jarra o una clara, pero estos términos muestran sinónimos allá donde vayas. Cuando hablamos de turistas, lo normal es referirse a una pinta, media pinta o chela en México.
En el caso de Madrid, 'pedir una cerveza' puede ser complicado si se tiene una idea clara de lo que se quiere. Para ello, es necesario tener en mente un conocimiento sobre tamaños y formatos que despista un poco a los turistas. Si visitas la capital y no te quieres complicar, lo más fácil es pedir una caña o doble si te gusta de grifo o botellín si prefieres cristal.
Caña, doble o botellín: un sistema de medidas
En Madrid, el lenguaje del bar funciona con sus propias reglas, y quien las desconoce debe aprenderlas en el momento. La caña es el formato más conocido en la capital. Se sirve en un vaso pequeño, de unos 200 mililitros, y una capa de espuma. De esta manera, permite mantener la bebida fría y puedes pedir otro sin sentir hinchazón.
El doble es su versión en grande. Suele servirse en un vaso alto, entre 400-500 mililitros. Es adecuado para aquellos que evitan pedir con tanta frecuencia y planean quedarse un tiempo largo. Su consumo es menor en Madrid, pero suele ser un formato más cómodo.
Por otro lado, está el botellín, la versión en cristal de entre 200-330 mililitros, que en su lugar se puede denominar 'tercio'. Estas diferencias no siempre son evidentes al visitar una ciudad y aunque pueda no tener importantica, en realidad forma parte de una cultura cervecera muy definida en España, que se ha ido consolidando a lo largo de las décadas.
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