Comercios

JECO: Cuatro generaciones dando color a la vida artística de Madrid

JECO Bellas Artes es el negocio que, durante más de medio siglo, pone en valor la pintura y el diseño

Tienda de manualidades Jeco.
Tienda de manualidades Jeco.Jesús G. FeriaFotógrafos

Frente a una realidad innegable liderada por la digitalización, los desafíos del comercio tradicional son cada vez mayores. En pleno corazón de Madrid, ya son tres tiendas las que resisten al paso del tiempo. Hablamos de JECO Bellas Artes (www.bellasartesjeco.com), un nombre familiar para artistas consagrados, estudiantes de arte, diseñadores y aficionados desde hace casi 70 años.

Fundada en 1957, esta empresa familiar es hoy un símbolo de continuidad, pasión y adaptación sin perder la esencia. En sus tres tiendas físicas y su tienda online, JECO ofrece una amplísima gama de materiales de bellas artes que van desde pinceles profesionales hasta lienzos de aluminio hechos a medida. Pero lo que la hace realmente única no es solo lo que vende, sino cómo lo hace. «Nuestro bisabuelo vivía en un pequeño pueblo de la Alcarria con su familia. Decidieron venirse a Madrid a probar suerte», cuenta la cuarta generación del negocio. Al llegar a la capital, su bisabuelo comenzó trabajando en una tienda donde molían pigmentos de forma artesanal. «Hacía colores y colores cada día según la demanda de los clientes, sin ningún tipo de protección, algo que acabó afectando a su salud y especialmente a su visión», recuerdan. Esa experiencia no fue en vano. Con el tiempo, decidieron montar su propia tienda, una que llevaría las iniciales de sus hijos: JE por Jesús, y CO por Concha. Así nació JECO Bellas Artes, nombre que desde entonces ha viajado de generación en generación, con el mismo espíritu de cercanía, calidad y oficio.

El entorno también ha cambiado radicalmente. «Cuando abrieron, era un barrio tranquilo. Luego llegó la droga, y se volvió una zona difícil. Pero el gran cambio vino con la llegada del colectivo LGTBI, que transformó el barrio en un lugar lleno de vida y cultura». Hoy, estar al lado de la plaza de Chueca (dicen desde la tienda de Pelayo) supone no solo visibilidad, sino contacto constante con un público diverso, joven y creativo. «Estamos en el epicentro de Madrid, con muchísima actividad. Cada día entran estudiantes de arte, ilustradores, diseñadores, y también grandes nombres del arte español».

La parada de Antonio López

Por las tiendas de JECO han pasado, y siguen pasando, algunos de los artistas más reconocidos del país: Antonio López, Eduardo Naranjo, Okuda, Ana Barriga, Cocó Dávez, Belin, Elena Gual, entre muchos otros. Con algunos de ellos, el vínculo ha ido más allá de lo comercial. «Antonio López venía a menudo y cuando estaba mi madre, le cantaba canciones. Se reían mucho y se contaban marujeos», relatan entre risas. También recuerdan una visita inesperada de la baronesa Thyssen: «Vino super elegante, vestida de blanco, y decidió pasar al otro lado del mostrador para coger sus colores. Se le cayó un bote al suelo… la cara de mi madre fue un poema. Temía tener que pagar ese traje». Más allá de la anécdota, en JECO sienten que han crecido junto a los artistas: «Los hemos visto comenzar, evolucionar, y ellos nos han visto a nosotros también. Eso crea un lazo muy especial».

Tienda de manualidades Jeco.
Tienda de manualidades Jeco.Jesús G. FeriaFotógrafos

En sus inicios, JECO ofrecía sobre todo productos nacionales: pinceles, papeles, acuarelas, óleos. Hoy, el catálogo se ha multiplicado. «Tenemos de todo, de todas las marcas, nacionales e internacionales: desde los acrílicos profesionales de Golden hasta los óleos de Michael Harding. Además, hacemos lienzos a medida, incluso en aluminio, algo muy demandado ahora». La especialización técnica y la capacidad de personalización son, junto con el trato cercano, dos de las claves del éxito de esta tienda que ha sabido mantener su alma artesanal en plena era digital.

Resistir entre gigantes

Como a muchos pequeños comercios, la llegada de grandes superficies y tiendas online supuso un reto mayúsculo para JECO. «No ha sido fácil. Es muy complicado competir con los gigantes. Hemos tenido momentos difíciles, con cambios internos, y adaptarse a lo digital ha sido duro. Pero nunca hemos tirado la toalla», aseguran.

A pesar de las dificultades, siguen apostando por su esencia: un trato especializado, conocimiento profundo del producto y una experiencia de compra personalizada. «Nuestros clientes valoran que los escuchemos, que les orientemos. Muchos vienen empezando en el mundo del arte y necesitan una guía. Esa cercanía no la da un clic». Además, organizan masterclass donde artistas enseñan técnicas con los productos de la tienda, generando una

comunidad en torno a la creación.

Tienda de manualidades Jeco.
Tienda de manualidades Jeco.Jesús G. FeriaFotógrafos

Lejos de perder fuerza con el paso del tiempo, el alma familiar de JECO se ha fortalecido. «Ya estamos en la cuarta generación. Somos una familia que ha crecido entre pinceles. Hemos estudiado otras cosas, pero hubo un momento en nuestras vidas en que decidimos continuar con esto. Nos sentimos muy orgullosos». Sin embargo, reconoce que “no es fácil empezar un negocio desde cero hoy. Requiere ganas, constancia, y mucho aguante. Las ayudas institucionales existen, pero son pocas y los impuestos muy altos». Ejemplo de ello fue la pandemia, una prueba especialmente dura. «Estuvimos al borde. No podíamos abrir y los gastos seguían. Pero resistimos. Como siempre».

Madrid central

Uno de los retos actuales más importantes no tiene que ver con la competencia ni con lo digital, sino con la accesibilidad. «Las restricciones de tráfico de Madrid Central nos han perjudicado bastante. A veces los repartidores no pueden entrar, o los clientes no pueden aparcar. Eso ha hecho que incluso nos planteemos movernos del centro, algo que nos dolería mucho». A pesar de ello, siguen luchando. Creen que el comercio tradicional merece más apoyo, porque forma parte del alma de la ciudad: «Tiendas como la nuestra quedan pocas. Muchas han cerrado por el precio de los alquileres o porque las nuevas generaciones no han querido seguir. Pero nosotros sentimos que somos parte del patrimonio comercial de Madrid».

Después de casi siete décadas, JECO Bellas Artes es mucho más que una tienda de materiales: es un lugar de encuentro, de aprendizaje y de memoria. Una tienda donde cada bote de pintura, cada pincel, lleva consigo historias familiares, anécdotas con artistas, y una forma de entender el comercio que se resiste a desaparecer. «Seguimos aquí porque amamos lo que hacemos. Y porque creemos que, a pesar de todo, aún hay espacio para el comercio humano, cercano, y lleno de color».