
Nueva declaración
Moncloa, ante el próximo 20-N: Sánchez suma la cárcel de Carabanchel a los Lugares de la Memoria
La antigua prisión se une a la Real Casa de Correos y al cementerio de La Almudena, que han sido significados por Moncloa, vía BOE, en los pasados días

Cada día tiene su afán, decía Teresa de Jesús. Esto es algo que tiene claro el Gobierno de Pedro Sánchez, ya que en las últimas jornadas nos hemos desayunados con la publicación en el BOE de varios espacios, como la Real Casa de Correos o el cementerio de La Almudena que han sido distinguidos con la calificación de espacio de la "memoria democrática". El Ejecutivo, por lo que parece, quiere mantener vivo el recuerdo del dictador Francisco Franco ahora que se acerca una fecha señalada: el 20-N. Este viernes, el Gobierno ha declarado como Lugar de Memoria Democrática la antigua prisión provincial de hombres de Madrid, popularmente conocida como la Cárcel de Carabanchel, que fue construida mediante el trabajo forzoso de un millar de presos republicanos, y que fue un "símbolo del terror de Estado" durante la dictadura de Francisco Franco.
Así lo recoge el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicado este viernes, sumándose así a la declaración como Lugar de Memoria Democrática en los días precedentes de la Real Casa de Correos, que fue sede de la Dirección General de Seguridad (DGS), y de la tapia de fusilamiento del cementerio del este de Madrid, donde, según apunta el Gobierno de Pedro Sánchez, la dictadura acabó con la vida de casi 3.000 personas tras el fin de la Guerra Civil en 1939.
Según explica la declaración, la prisión provincial de hombres de Madrid fue construida por el régimen franquista para sustituir a la antigua Cárcel Modelo de Madrid, destruida durante la Guerra Civil. Esta nueva prisión fue levantada entre 1940 y 1944 mediante el trabajo forzoso de un millar de presos republicanos, convirtiéndose así en un emblema del "sistema represivo" de la dictadura.
Tenían un diseño panóptico, con seis galerías radiales bajo una gran cúpula de hormigón de 32 metros de diámetro, que permitía "la vigilancia total" y materializaba "la lógica del control absoluto sobre los cuerpos y las conciencias", reflejando "la mentalidad autoritaria del régimen". El centro incluía la Escuela de Estudios Penitenciarios, el Hospital General Penitenciario, un Reformatorio de Jóvenes, un Hospital Psiquiátrico y un departamento femenino.
Aunque concebido para mil internos, desde su inauguración el 22 de junio de 1944, la prisión sufrió una masificación crónica, albergando miles de presos en condiciones infrahumanas: celdas diminutas, sin calefacción ni higiene, agua escasa, duchas semanales, comida deficiente y frecuentes abusos por parte de los funcionarios.
La cárcel albergó también a numerosas figuras de la resistencia, el sindicalismo y la cultura española, según detalla el BOE, como Marcelino Camacho, Nicolás Sartorius, Miguel Boyer, Enrique Múgica, Fernando Savater, Marcos Ana, Ramón Tamames, Miguel Gila, Nicolás Redondo, Fernando Arrabal o Eduardo Saborido, entre otros.
Durante la Transición democrática, Carabanchel se convirtió en epicentro de las revueltas de la Coordinadora de Presos en Lucha (COPEL), que exigía amnistía, derechos básicos y la reforma del sistema penitenciario.
"El valor simbólico de Carabanchel reside en esa diversidad de experiencias: republicanos, comunistas, socialistas, anarquistas, nacionalistas, intelectuales, artistas y personas homosexuales castigadas por la Ley de Peligrosidad Social, todos ellos víctimas del mismo aparato de control político y moral", prosigue la norma aprobada por el Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática.
Espacio de memoria
Hoy apenas permanecen algunos vestigios materiales del antiguo complejo: el pórtico de entrada, un tramo de muro exterior, el antiguo hospital penitenciario -actual Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE)- y restos subterráneos de celdas y galerías, por lo las actuaciones que se desarrollen con esta declaración no se dirigen a su uso original.
En cambio, se garantizará la preservación y promoción de la memoria del lugar, en reconocimiento a su significado en la historia reciente de Madrid y de España, que se materializa en los vestigios subsistentes, todos ellos situados en la avenida de los Poblados del barrio madrileño de Carabanchel, como el pórtico de la puerta de ingreso, un tramo de muro exterior y el antiguo hospital penitenciario.
Además, con una finalidad conmemorativa, de homenaje, didáctica y reparadora, el Estado impulsará la realización de recursos audiovisuales y digitales explicativos y promoverá la instalación de placas, paneles o distintivo memorial interpretativo, así como la señalización de punto de reconocimiento de las víctimas de violaciones de los Derechos Humanos allí perpetradas.
El Ministerio de Memoria Democrática, dirigido por el socialista Ángel Víctor Torres, promoverá también en el espacio físico de la antigua cárcel un centro memorial dedicado al conocimiento y la divulgación, con perspectiva de memoria democrática, de la represión franquista y de los derechos humanos, preservando el recuerdo del carácter penitenciario del inmueble y las condiciones y circunstancias padecidas por las personas allí represaliadas.
También se impulsará la realización de recursos audiovisuales y digitales explicativos en el portal web de la Secretaría de Estado de Memoria Democrática, que albergará una ficha con fotografías y audiovisuales y procurará la creación de un archivo digital que recoja todo documento o testimonio relacionado con la cárcel.
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