Muere José Luis Álvarez, ex alcalde de Madrid y el hombre que perdió contra Tierno

En su casa de Cabo de Palos, en Cartagena (Murcia), donde pasaba estos días de veraneo, y rodeado de su esposa e hijos, José Luis Álvarez Álvarez fallecía esta mañana a los 93 años. Se trata de uno de esos nombres hoy quizá no muy recordados y, sin embargo, claves a la hora de analizar el proceso de la Transición enmarcado en la política municipal madrileña.

Casado desde 1963 con Mercedes Royo Villanova y padre de cinco hijos, Álvarez llegó a la Alcaldía el 3 de marzo de 1978, a los 48 años, designado por el Gobierno de Adolfo Suárez. De esta forma, pasaba a ser el segundo alcalde de la Transición, tras el paso de Juan de Arespacochaga, igualmente designado por la administración de Suárez.

Durante este tiempo, además, formó parte de la Comisión Iglesia-Estado, encargada de redactar los Acuerdos entre el Estado español y la Santa Sede, suscritos en 1979. Cuatro pactos firmados por el Gobierno y el Vaticano el 3 de enero de aquel años mediante los cuales se reformó el Concordato de 1953 –firmado por el Gobierno franquista bajo los principios del nacionalcatolicismo–, para adecuarlo a la aconfesionalidad del Estado, plasmada en la Constitución de 1978.

Su primera cita con las urnas se produjo en las elecciones municipales celebradas en 1979, donde compareció como candidato de UCD. Si bien la de Álvarez fue la lista más votada, empató en 25 concejales con el PSOE entonces liderado por Enrique Tierno Galván. La suma del PCE con los socialistas permitió a Tierno ocupar el bastón de mando en Cibeles.

El regidor «más votado»

Tras los comicios locales, y en unas declaraciones recogidas por el tinerfeño Diario de Avisos, Álvarez se reivindicaba como la candidatura que «ha sacado más votos en toda España. Catorce mil más que el PSOE y 400.000 más que el PCE en Madrid. No me siento en absoluto derrotado. Creo que el resultado ha sido muy bueno. Hemos obtenido 30.000 votos más que el 1 de marzo, a pesar de que han votado 200.000 personas menos». En esa misma entrevista, opinaba que el pacto entre socialistas y comunistas «es grave porque un pacto de esta naturaleza a nivel estatal no existe en ningún país occidental». Días antes, en una entrevista concedida a «El País», aseguraba que «no tenía ninguna intención de dimitir». Hay que recordar que la campaña electoral fue especialmente candente, incluyendo una querella de Álvarez contra Tierno Galván y el PSOE por injurias.

En mayo de 1980, fue nombrado ministro de transportes y comunicaciones por el presidente Suarez, puesto que mantendría con el Gobierno de Leopoldo Calvo-Sotelo. Ya en diciembre de 1981, el entonces presidente le designó ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación. Una cartera que defendió hasta diciembre 1982, momento en el que el PSOE de Felipe González se aupó hasta el Palacio de Moncloa.

En cuanto a su evolución política, Álvarez fue integrante de Alianza Popular, el partido fundado por Manuel Fraga Iribarne en 1977. De hecho, el ex alcalde formó parte de la comisión encargada de refundar la formación con el nombre de Partido Popular a principios de 1989.

Con todo, su carrera no se limitó a la política. Integrante del Cuerpo de Notarios tras superar las oposiciones a los 23 años, Álvarez era también experto en bienes culturales, así como un prestigioso especialista en derecho patrimonial. No en vano, fue consejero y asesor cultural de Patrimonio Nacional y de la Comisión General de Codificación. Además, plasmó su saber en varios libros y ensayos sobre temas culturales y jurídicos, especialmente en defensa del Patrimonio Histórico-Artístico.

Del mismo modo, fue cofundador del grupo Tácito, formado por intelectuales y políticos y que tuvo gran influencia en los años de la Transición a la democracia. Además, fue miembro de la Ponencia Redactora del Reglamento de Fundaciones Culturales en 1972, formó parte de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y fue vocal del Patronato del Museo del Prado y del Arqueológico Nacional, informa Efe.