Ataque al Congreso
La mugre que (también) deja a Madrid ser capital
El caso es que, tras el paso de los "activistas medioambientales", las manchas y el trabajo de los servicios de limpieza no eran «fake». Inconveniente de la capitalidad de Madrid
Si uno puede acudir vestido «de cualquier manera» al hemiciclo del Congreso de los Diputados. Si se pueden comer kikos en la bancada del Gobierno sin provocar sonrojo entre los compañeros de política y políticas, a nadie deba extrañarle que esa desidia se apodere también del edificio. En concreto, del exterior. Y que a nadie extrañe que en cualquier momento podamos asistir a una «performance» en los escaños. El caso es que ayer, por aquello de que Madrid es altavoz de las Españas, ocho activistas climáticos de Rebelión o Extinción (Extinction Rebellion) y Futuro Vegetal fueron detenidos por arrojar un líquido rojo y teñir la fachada de la Puerta de los Leones del Congreso de los Diputados. Esto está al nivel de «pegarse» a los marcos de los cuadros del Museo del Prado, aunque, como hace buen tiempo y es más fácil hacer estas chiquilladas a pie de calle, a estos «activistas» la ocasión les pareció perfecta. Como no fueron muy rápidos en su huida, fueron interceptados por la Policía mientras gritaban «Justicia climática, ya» y «Nos gobiernan criminales». Le han tomado el gusto, pues se trata de la segunda «acción» de este tipo que llevan a cabo en este lugar en menos de un año.
«Estamos hartas de que no se haga nada», ha dicho uno de los activistas a los periodistas, que se ha quejado de que los gobiernos siguen sin actuar pese a los informes que hablan de «emergencia climática».
En la anterior ocasión, en abril de 2021, los entusiastas de Rebelión Científica arrojaron una pintura roja biodegradable. Siguen pendientes de juicio. Ni el Gobierno ha hecho nada con la «emergencia climática» ni ellos tampoco con su paso por los juzgados. Siguen a la espera.
En aquel momento el Congreso cifró en 3.000 euros los daños causados, informe en el que se sustenta la acción de la Fiscalía. Podemos, ERC y Bildu exigieron a la presidenta del Congreso, la socialista Meritxell Batet, la retirada de lo que definían como una «acusación fake». El caso es que las manchas y el trabajo de los servicios de limpieza no eran «fake». Inconvenientes mugrientos de la capitalidad de Madrid.
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