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Medio Ambiente

Plan contra el ruido en Madrid: un total de 33 puntos en los que actuar

El Ayuntamiento planea adoptar medidas para su reducción en la avenida de la Ilustración, el paseo de la Castellana, la M-30 y las calles de Bravo Murillo, Velázquez o General Ricardos

Borja Carabante, esta mañana, en el Centro Municipal de Acústica
Borja Carabante, esta mañana, en el Centro Municipal de AcústicaAyuntamiento de Madrid

Cibeles tratará de aminorar el ruido en Madrid. Una tarea titánica, habida cuenta de que la capital no deja de crecer, y con ella, su tráfico rodado, que constituye uno de los principales emisores. Sin embargo, las líneas maestras del Plan de Acción en Materia de Contaminación Acústica (Pamca), aprobado en Junta de Gobierno el pasado septiembre, ya están sobre la mesa. En su foco, un total de 33 zonas especialmente sensibles, sobre las cuales el Ayuntamiento de Madrid estudiará adoptar medidas.

Así lo ha anunciado el delegado de Medio Ambiente, Movilidad y Urbanismo, Borja Carabante. Lo ha hecho precisamente en el Centro Municipal de Acústica. Inaugurado en 1996, se trata de una instalación única en nuestro país. Su misión pasa por controlar el uso de maquinaria municipal, así como identificar los vehículos que superan los límites de ruido permitidos, tanto de particulares como pertenecientes al Ayuntamiento.

En principio, la ciudad de Madrid parte de una buena situación. Al menos si se la compara con otras del entorno europeo. Desde 2006, la capital ha reducido en un 80% la población expuesta a niveles elevados de ruido. Y si partimos de 2016, el descenso supera el 50% en período nocturno y el 40% en los períodos diurno y vespertino. De este modo, Madrid cuenta con un entorno más favorable que el de grandes urbes europeas como Berlín, Bruselas, París, Hamburgo o Viena. Para hacerse una idea: los valores de población expuesta durante el período nocturno en Madrid se sitúan "muy por debajo" de otras capitales: Viena cuenta con 26 puntos porcentuales más; París nos supera en 21 y Berlín, en seis.

Con todo, desde el Consistorio consideran que Madrid debe dar un paso al frente. Y este se ha producido con el Pamca, que responde al mandato establecido por la Ley del Ruido (37/2003) y por los reales decretos que la desarrollan. Unos textos que obligan a las administraciones a elaborar y aprobar planes de acción destinados a reducir la población expuesta a elevados niveles sonoros, así como a preservar y reforzar las zonas tranquilas de la ciudad: aquellas que aún mantienen un ambiente sonoro de calidad.

De hecho, el Pamca está asociado a la cuarta fase del cartografiado estratégico del ruido de la capital. Y con él, vienen una serie de "medidas correctoras" que buscan reducir el ruido y avanzar hacia una movilidad más silenciosa. Entre ellas están todas aquellas que impulsan el transporte público, el uso de vehículos eléctricos, la ampliación de puntos de recarga, el desarrollo de la red ciclista y la renovación de flotas municipales. Algunas de las medidas ya están ejecutadas o en marcha: la ampliación de Bicimad y del Servicio de Estacionamiento Regulado (SER), la protección de los entornos escolares, la creación de las zonas de bajas emisiones, la instalación de asfaltado fonoabsorbente, las ayudas Cambia 360 que han provocado una progresiva modernización del parque automovilístico, o la declaración y revisión permanente de las Zonas de Protección Acústica Especial (ZPAE) en Gaztambide, Centro, Azca-Avenida de Brasil y Trafalgar-Ríos Rosas.

Carabante ha recordado que el soterramiento de la A-5 se traducirá no solo en una reducción del tráfico en superficie (un 90%); también en 4.300 personas que dejarán de estar expuestas a niveles sonoros superiores a los objetivos de calidad acústica.

Sin embargo, la "hoja de ruta" contempla también iniciativas a medio y largo plazo. Entre ellas, incrementar el porcentaje de autobuses eléctricos de la EMT, evaluar la reducción de los tiempos de tránsito y de espera en las paradas, incentivar la creación de carriles Bus-VAO, incentivar el uso de vehículos más silenciosos, ampliar el SER, integrar criterios acústicos en el planeamiento urbano y la construcción de equipamientos, o instalar más pantallas acústicas en los accesos a pasos inferiores.

Dentro de esa "cartografía" del ruido madrileño, el Ayuntamiento ha identificado más de una treintena de puntos de la ciudad: la avenida de la Ilustración, el paseo de la Castellana, la M-30 o las calles de Bravo Murillo, Velázquez o General Ricardos. Todas ellas zonas en las que el Consistorio estudiará "posibles actuaciones". Del mismo modo, ha localizado otras 24 "zonas tranquilas": El Retiro, la Casa de Campo, la Dehesa de la Villa, el parque Juan Carlos I. A estas, se suman corredores verdes y áreas residenciales de "baja exposición acústica" en Valdebebas y el Ensanche de Vallecas. Así, a través del desarrollo de distintas iniciativas, se pretende facilitar su acceso, fomentar su uso responsable y preservar su calidad acústica frente a futuras "presiones urbanas".