Educación

Las Ufiles, un enganche al sistema educativo

Entramos en la Unidad de Formación e Inserción Laboral de San Ramón, en Parla, para conocer el proyecto que está llevando Plan Internacional con ocho de sus alumnas en riesgo de exclusión social

Programa de integración y reinserción laboral de la ONG Plan Internacional. ©Gonzalo Pérez Mata
La UFIL San Ramón cuenta con formación en estética, peluquería, carrocería y mecánicaGONZALO PEREZ MATAFotógrafos

Es la hora del recreo en la Unidad de Formación e Inserción Laboral (UFIL) San Ramón en Parla. Esta es sólo una de las diez con las que cuenta la Comunidad de Madrid . Ofrecen al alumnado en riesgo de exclusión social, que han salido del sistema educativo ordinario porque este no ha sido capaz de hacer frente a sus necesidades, o no han formado nunca parte de él, una reinserción educativa, social y laboral. Los primeros menores que entran son aquellos con medidas judiciales, después aquellos que son absentistas –los que llevan años sin estar escolarizados o los derivados directamente desde los institutos de educación secundaria por llevar esta práctica habitual- y por último, el resto de menores en riesgo.

Lizeth, tiene 16 años y llegó a esta UFIL en septiembre. La conoció gracias a una visita que hizo con el instituto en el que se encontraba antes, pero no le convenció porque su objetivo era sacarse la ESO y no era lo que le ofrecían allí. Sin embargo, las buenas referencias de una amiga suya que había pasado por allí, lo mal que le estaba yendo en las clases ordinarias y contar con una plaza asegurada por tener medidas judiciales, terminó por animarla. «Estoy muy contenta, me gusta mucho todo esto. Hago el curso de estética y me encantaría especializarme en masajes y limpiezas faciales. Lo único que quiero es trabajar, dependerá de la situación económica de mi familia, pero si es posible, me encantaría seguir trabajando en este sector al salir». Kimberly, de 16 años, entró en febrero y también fue una sugerencia del instituto en el que se encontraba. No estaba pasando por una buena etapa académica y este tipo de enseñanza le ha ayudado a encontrar algo que le gusta. «Es muy dinámico y hay muy buen ambiente, para mí eso es fundamental. Estoy en peluquería, pero me gustaría seguir formándome, sacarme la ESO, después el grado medio y seguir…».

Programa de integración y reinserción laboral de la ONG Plan Internacional.
Programa de integración y reinserción laboral de la ONG Plan Internacional. GONZALO PEREZ MATAFotógrafos

Los casos de las dos otras chicas con las que comparten tiempo libre, son algo distintos. Joana, de 18 años, entró en la unidad porque desde que llegó de su país de origen, Ecuador, ni trabajaba ni estudiaba. «Estoy muy contenta, nos enseñan muchas cosas y he aprendido a pensar en el futuro. Me gustaría seguir formándome». Sin embargo, Virginia, acababa de terminar un curso de peluquería en otro centro y le propusieron venir a este para seguir formándose. «Tenía una amiga que estaba aquí y la verdad es que estoy muy a gusto. No es un instituto normal, te preparar para trabajar en un futuro. Mi idea es acabar este curso de peluquería, hacer otro de estética y montar mi propio centro».

Además de la ilusión y la esperanza, algo comparten estas cuatro jóvenes, es que forman parte del proyecto La Juventud Reescribe Su Futuro, que Plan Internacional está llevando a cabo este curso en la UFIL San Ramón. Desde septiembre, trabajan con ocho chicas del centro que lo necesitaban para que su tránsito a la vida adulta sea más llevadero. «Trabajamos con ellas todo el desarrollo personal, autoconocimiento, autoestima, resolución de conflictos… todo lo relacionado con su ámbito personal», explica Nuria González, Gerente de Programas Nacionales de Plan Internacional.

Programa de integración y reinserción laboral de la ONG Plan Internacional.
Programa de integración y reinserción laboral de la ONG Plan Internacional. GONZALO PEREZ MATAFotógrafos

Desde la ONG y en el marco de este proyecto, dan respuesta a las necesidades que cualquiera de estos diez centros demandan. En este curso, fue en la situación de estas chicas dónde vieron la mayor necesidad de su apoyo. «Vienen de contextos muy vulnerables, con ideologías, pensamientos muy autodestructivos e incluso muy vejatorios en relación a la figura masculina», y explica, «nuestro objetivo es que aprendan a priorizarse y a saber decir que no, a empoderarlas y hacerlas conscientes de que valen como jóvenes y como mujeres». Esta labor, que llevan a cabo desde 2017 en las diferentes Unidades de Formación e Inserción Laboral de la Comunidad de Madrid ha ido creciendo exponencialmente.

Aunque es horrible hablar de números cuando se trabaja con personas, 1.350 son los jóvenes con los que han trabajado en estos siete años en el marco de este proyecto. Reflejo de ello es también el desarrollo y la evolución que ha sufrido La Juventud Reescribe Su Futuro desde sus inicios. En este curso, además de San Ramón han colaborado con dos Unidades de Formación e Inserción Laboral del sur de la región; la Primero de Mayo en Leganés, con quienes han trabajado el ámbito pre laboral –preparación de currículos y entrevistas, búsqueda de empleo, comunicación verbal o no verbal…- y en la Pablo Neruda de Móstoles, donde se han ocupado de la competencia digital para el empleo –completar solicitudes de trabajo, envío de currículos, plataformas de búsqueda de empleo…-.

Programa de integración y reinserción laboral de la ONG Plan Internacional.
Programa de integración y reinserción laboral de la ONG Plan Internacional. GONZALO PEREZ MATAFotógrafos

Para Luisa Gómez, directora de la UFIL San Ramón desde hace veinte años, la labor de Plan Internacional ha sido «una salvación». Es un refuerzo a todo el trabajo que los catorce docentes hacen a diario con los cerca de cuarenta jóvenes que pasan por sus aulas cada curso. «Nuestro trabajo es completo y personalizado para cada joven, pero hay ciertos aspectos a los que, a veces, no podemos llegar o no podemos tratarlo con una hora semanal. De esto se encarga Plan Internacional», señala. A punto de terminar el curso, las chicas también hacen balance de lo que el trabajo de Plan Internacional ha supuesto para ellas. «Mi carácter ha cambiado mucho. Me han ayudado a mejorar cosas de mí que no me gustaban, ya no soy tan impulsiva y he aprendido a controlar mi genio y la ira, todo lo que hacen es muy interesante porque te ayuda a conocerte a ti misma», confiesa Virginia.

Lizeth comparte ese nuevo sentimiento de autocontrol que también tiene su compañera. «He aprendido muchas cosas nuevas, como a valorarme, a pensar en mí y sobre todo, algo que antes no era capaz, a expresar mis sentimientos», señala. En el caso de Kimberly y Joana, Plan Internacional les ha ayudado a pensar en el futuro. «Antes no lo pensaba mucho y nunca está de más ponerte metas en la vida y saber qué camino escoger. Ahora sé lo que quiero hacer y lo que no» señala la primera. «Además del futuro, me han enseñado a trabajar en equipo, a llevarse bien y cómo controlar mis sentimientos. Estoy muy agradecida», apunta la segunda.

Programa de integración y reinserción laboral de la ONG Plan Internacional.
Programa de integración y reinserción laboral de la ONG Plan Internacional. GONZALO PEREZ MATAFotógrafos

Como imaginarán, trabajar en un centro de estas características no es nada fácil y supone una gran responsabilidad. Durante los dos años que dura el curso el centro se convierte en un refugio para los alumnos, los docentes se vuelven sus referentes y todos conforman una pequeña familia donde la confianza y la comunicación son ingredientes clave. «Pero esto solo se logra a base de mucho trabajo. El primer trimestre es muy duro; no nos conocen, el profesorado es nuevo, ni unos ni otros saben cómo trabajamos…», apunta Gómez, «sin olvidar que este tipo de alumnos requieren mucha atención. Por eso, es obligatorio que los profesores conozcan cómo se llaman todos los jóvenes y que estos tengan la confianza de hablar con el que quieran, les dé clase o no».