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Hablemos de futuro
Lucha contra el cambio climático: de las palabras a los hechos
La cara B de la pandemia nos ha demostrado los importantes beneficios de estilos de vida más saludables. Lo que se traduce en una oportunidad para que la lucha contra el cambio climático no se quede únicamente en un mero discurso
El pasado mes enero, el Gobierno declaró oficialmente la emergencia climática en nuestro país. Apenas dos meses después, el mundo se paralizó y la relación del ser humano con el medio ambiente cambió, lo que propició que las emisiones de CO2 cayeran a niveles de 2016. Ahora, que la sociedad intenta recuperar su pulso resulta imprescindible seguir apostando por acciones y medidas urgentes, involucrando a autoridades, empresas y consumidores.
Algo alineado con el consenso generalizado de la comunidad científica. Especialistas de todo el mundo llevan un tiempo exigiendo una actuación inmediata para proteger el medioambiente, la salud y la seguridad de la ciudadanía; un llamamiento a todas las partes que conforman la sociedad.
El papel de la ciudadanía es esencial a la hora de contribuir a este espíritu. Esta transformación requiere del impulso de administraciones y empresas, pero también es imprescindible contar con un refuerzo significativo de los ciudadanos para la preservación del entorno natural.
Así lo ha puesto de manifiesto el último informe de Ipsos junto al Foro Económico Mundial. En él, se recoge la situación actual de 28 países repartidos por la geografía global y su actitud frente al desafío medioambiental en el que nos encontramos.
¿Cuál es la situación actual a nivel mundial?
Son varios y diversos los planes de concienciación que han sido puestos en marcha por parte de las autoridades de cada país para la lucha contra el cambio climático. Estos planes aluden a la actividad tanto de empresas como de organismos públicos y ciudadanos.
En este sentido, el estudio se centra en los últimos y en sus costumbres. En primer lugar, indica que el 69 % de la población mundial admite haber modificado algunos hábitos en su día a día para contribuir a salvaguardar el medioambiente. Aunque son buenas noticias, sobre todo en comparación con los datos de algunos años atrás, aún queda mucho camino por recorrer.
A nivel local, España se sitúa en el octavo puesto en el ranking mundial de países en los que sus ciudadanos han realizado cambios en su día a día para ser más responsables con el medio ambiente. Este dato nos coloca en el top 10 internacional, por encima de otros países como Estados Unidos o Japón, y solo superados por India, México, Chile, China, Malasia, Perú y Hungría.
No obstante, Vicente Castellanos, director de Estudios Sociales de Ipsos, aclara que es importante tener en consideración el nivel de cultura ambiental de partida con el que contaba cada caso: “El cambio cultural que refleja esta clasificación no llega al mismo ritmo ni del mismo modo para todos los países.” Esto queda reflejado en que aquellos con menor bagaje en la protección del medioambiente empiezan ahora a concienciarse. Actos como el ahorro de energía y agua, o el reciclaje, se llevan practicando años en muchos otros países.
¿Cómo protegemos el medioambiente los españoles?
Con un 76%, tres de cada cuatro españoles han admitido haber realizado cambios en su vida diaria para frenar el cambio climático. Por contra, solo un 17 % reconoce no haber cambiado nada en su comportamiento para adoptar medidas más sostenibles con el planeta.
A nivel individual, las personas que respondieron afirmativamente haber modificado su conducta lo hicieron de la siguiente forma:
- Un 61 % ha reducido el consumo de agua en el hogar.
- Un 58 % intenta hacer un uso más responsable de la energía que consume.
- Hasta un 53 % ha aumentado la cantidad y la frecuencia con la que reciclan.
- La mitad de los encuestados adquiere electrodomésticos eficientes desde el punto de vista energético (un 51 %).
- Un 49 % trata de reutilizar productos en su día a día.
- Un 46 % compra productos ecológicos y de proximidad.
Por otro lado, al igual que a nuestros vecinos europeos, una de las incipientes preocupaciones para los españoles es la necesidad de modelos de movilidad sostenible en las grandes ciudades.
Las empresas, otro punto de apoyo para el planeta
En este compromiso con la salud de nuestro planeta, no solo se necesita la actuación de los ciudadanos y de organismos oficiales. Cada vez son más las empresas privadas que se suman a este reto y que contribuyen a que, tanto la plantilla como sus procesos de trabajo, tengan el mínimo impacto en el medioambiente. Esto se refleja en la transición a nuevos modelos más sostenibles por parte de estas grandes organizaciones.
Banco Santander, gracias a las políticas medioambientales que desarrolla, se sitúa a la cabeza en materia de banca responsable, según el Índice de Sostenibilidad Dow Jones. Entre sus iniciativas, se encuentra la financiación verde, con una línea de 120.000 millones de euros hasta 2025 y 220.000 millones hasta 2030 con el objetivo de apoyar proyectos sostenibles y de energías renovables, entre otras acciones
Tal es el compromiso de la entidad con la sociedad que el Grupo mejora año tras año su posición en el índice bursátil de sostenibilidad FTSE4Good – una herramienta para inversores que buscan invertir en compañías que son capaces de demostrar sus prácticas sostenibles o que desean contribuir a un cambio positivo, al tiempo que alinean sus carteras de inversión con sus valores-. Desde el año 2003, la contribución de Santander a la sostenibilidad es reconocida por este índice, habiendo obtenido este año una puntuación de 4,3 sobre un máximo de 5, lo que supone un aumento respecto al año anterior, y sitúa a la compañía por encima de la media del sector bancario, que se coloca en los 2.9 puntos.
La financiación responsable con el medio ambiente, sus estándares laborales, la gestión del riesgo, el gobierno corporativo y la correcta transparencia fiscal en todas sus geografías y líneas de negocio han situado a Banco Santander en esta privilegiada posición, de la que también hace partícipe a sus empleados para que estos puedan aportar su granito de arena a esta causa.
Así, desde Santander España se impulsan iniciativas como el programa Natura, a través del cual se respaldan, por ejemplo, proyectos de voluntariado para la limpieza de playas y bosques, animando a sus empleados a que contribuyan a la creación de un entorno más limpio y sostenible.
Además, Santander garantiza la eficiencia energética en todas sus sedes,el cumplimiento de una política de generación de cero plásticos y este mismo año ha logrado su objetivo de ser neutro en carbono, tal como anunció en la última Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP25) celebrada en Madrid.
Con estas y otras medidas, la entidad se suma a un desafío que apela a toda la sociedad y que redimensiona las acciones que empresas y consumidores realizan en el día a día. Todo esfuerzo, por pequeño que sea, cuenta para la salud del planeta.
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