La economía del hidrógeno

El sol y las estrellas están hechos de hidrógeno. Es el elemento más básico de la naturaleza, que nunca se acaba. El objetivo de conseguirlo y almacenarlo a partir de fuentes renovables es hoy esencial, alcanzable pero difícil. Conllevará producir mucha más energía verde de la que ahora generamos, lo que en un escenario de crisis por el precio de la luz y el gas se presenta bastante complicado.

Aunque no imposible. Ese es el reto que se ha planteado la Unión Europea y en el que están implicadas las principales empresas energéticas, entre ellas las españolas. Los más destacados fabricantes de automóviles han destinado ya cantidades ingentes de euros a desarrollar prototipos alimentados con hidrógeno. Cuando millones de usuarios puedan conectarse a redes locales de hidrógeno, estaremos probablemente ante un escenario que podría paliar la dependencia del petróleo y disminuir considerablemente las emisiones de gases de efecto invernadero. Es el mundo que viene. Si conseguimos energía de hidrógeno a partir del agua del mar o del agua reciclada y potabilizada, estaremos dando un paso de gigante. Aunque serán necesarios muchos más.