
Verde
El deporte juega limpio... también con sus residuos
Los clubes convierten cada partido en una oportunidad para separar residuos y apoyar causas sociales a través de Ecoembes

En España, un estadio lleno dice más que el marcador. Además de los cánticos, las sonrisas y las emociones que atraviesan a los miles de aficionados allí reunidos, en estos entornos también se genera un amplio volumen de residuos que, bien gestionados, pueden convertirse de nuevo en envases u objetos valiosos. Es en ese terreno donde Ecoembes ha encontrado un aliado eficaz: el deporte.
Su iniciativa «Somos especiales, reciclamos» lleva la cultura de la circularidad a decenas de espacios deportivos del país. En estrecha colaboración con los clubes, Ecoembes facilita soluciones efectivas –papeleras, formación y campañas de sensibilización– para uso de los equipos, las plantillas y la afición. Los beneficios derivados de hacerlo se destinan a causas sociales vinculadas al equipo y/o a su entorno.
«El propósito es alcanzar un futuro sin residuos, generando un impacto positivo en el medio ambiente y en la salud de todos. Para eso no podemos dejar a nadie fuera y el deporte engloba a muchas personas de todo tipo», explica Beatriz Aylagas, responsable del proyecto. Este se adapta a cada club (los hay de fútbol, baloncesto y, recientemente, balonmano), combinando estrategias como la localización de contenedores en zonas clave o las píldoras formativas para personal y cantera, además de retos que implican a los seguidores o campañas mediáticas que terminan calando a todos los estratos del club.
Cuando se alcanzan los objetivos, Ecoembes dona 5.000 euros a una causa social. Así sucedió, por ejemplo, con el CD Leganés y la Asociación Española del Síndrome de Prader-Willi. «El club consiguió movilizar mucho a la población de Leganés, la ciudad donde tenemos nuestra sede», indica Aurora Rustarazo, psicóloga de la entidad. «En ese momento teníamos un proyecto muy ambicioso, que era crear una residencia para nuestros usuarios: la primera en España específica para una enfermedad rara», recuerda.
El Leganés y el Síndrome de Prader-Willi: cuando reciclar también salva vidas
El Síndrome de Prader-Willi provoca que el paciente sufra hambre de manera constante, lo que suele derivar en obesidad, atragantamientos y otras complicaciones. «Obliga a quienes la padecen y a sus familias a necesitar cuidados muy específicos durante toda la vida», señala Rustarazo. «La donación a través de Ecoembes fue un empujón», prosigue, «pero igual de importante fue la visibilidad: logramos más voluntariado, apoyo del Ayuntamiento y un proyecto que repercute en la vida de 3.000 familias en España».
Ahora, su sueño es replicar pequeñas residencias en otras comunidades autónomas, pero no esconde la dificultad de sostener la que ya tienen: «Que Ecoembes y los medios nos den voz marcan la diferencia», afirma Rustarazo. «Para entidades como la nuestra, a veces invisibles –lamenta–, este tipo de iniciativas te colocan en el centro».
Desde su nacimiento en el estadio de Butarque, el proyecto «Somos especiales, reciclamos» se ha extendido a otros escenarios como el Anxo Carro a través del CD Lugo (un acuerdo del cual se beneficia la Asociación Daño Cerebral local), el Palacio Provincial de los Deportes de Lugo (un convenio con el Breogán y su Fundación), el Bilbao Arena (entre el Bilbao Basket y su Fundación), Mendizorroza (CD Alavés) o El Sardinero (Racing de Santander).
Racing de Santander: un Sardinero más verde y eficiente

«Éramos conscientes de que los partidos del Racing generan un volumen de residuos importante, como cualquier espectáculo deportivo. Pues bien, hemos pasado de reciclar bastante poco a alcanzar más de 10.000 kilos de envases en la pasada temporada», señala Agustín Ibáñez, responsable del Área de Sostenibilidad de la Fundación Real Racing Club.
A su juicio, la clave ha sido sumar esfuerzos: con Ecoembes se pusieron decenas y decenas de papeleras para fomentar la separación en origen de los residuos generados en esos partidos, implicando a las administraciones públicas y a los futbolistas y canteranos, protagonistas de vídeos divulgativos y formaciones específicas. También se han instalado fuentes de agua para reducir plásticos de un solo uso y se reparten bolsas de tela entre el personal.
Ibáñez reconoce que el mayor reto ha sido combatir inercias como la de pensar que «ya limpiará alguien», pero destaca la buena respuesta de los aficionados. A ese trabajo se han sumado iniciativas como las plantaciones de árboles del ‘Bosque del Racing’ para compensar huella de carbono o las limpiezas de espacios naturales dentro del Proyecto LIBERA, en las que participan familias y voluntariado. El horizonte es ambicioso: «Queremos un Sardinero cada vez más verde y eficiente, y reducir la huella año tras año», afirma el responsable.
El proyecto «Somos especiales, reciclamos» se adapta a cada club: a veces el objetivo es incrementar la recogida selectiva; en otras, activar a la comunidad digital del equipo. En el BM Granollers, por ejemplo, el reto fue viral y se triplicó el objetivo de ‘me gustas’ en las piezas de campaña. «Lo importante es que los retos se están cumpliendo en todos los despliegues», subraya Aylagas. Para ella, el éxito reside en que jugadores y entrenadores se convierten en prescriptores naturales, lo que acerca la circularidad a miles de seguidores.
Los cambios son visibles en el día a día de los partidos: señalización clara en accesos y gradas, personal formado para evitar errores y mensajes recordados a través de las pantallas y las redes. Lo aprendido en el estadio, subrayan los clubes, se traslada después a la vida cotidiana. El objetivo ahora es ampliar el modelo a otras disciplinas deportivas. «Nuestro sueño es que cada competición tenga su propio plan de circularidad: claro, medible e inclusivo», concluye la responsable. Porque cada lata o botella que se recicla en un estadio, suma más allá del marcador.
✕
Accede a tu cuenta para comentar