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Digitalización
Sistemas digitales para la eficiencia del riego en 750 hectáreas de naranjales
El proyecto Desafío Guadalquivir promovido por Coca-Cola, impulsa el uso de tecnología para reducir el consumo de agua en 14 fincas de cultivos de cítricos de la Vega sevillana
El uso eficiente del agua por parte de las industrias que la necesitan ineludiblemente y de la agricultura es un objetivo de primara magnitud a alcanzar. Para ello, se ponen en marcha investigaciones, proyectos y planes directamente enfocados a mejorar el rendimiento de cada litro utilizado.
Desafío Guadalquivir es, justamente, un proyecto iniciado por Coca-Cola y WWF con el que se ha desarrollado una herramienta digital para reducir el consumo de agua para riegos en agricultura. Paralelamente y como otra área de actuación del mismo proyecto, se está realizando una restauración del hábitat natural del estuario del río Guadalquivir, para favorecer la biodiversidad, mejorar la calidad del río y fomentar tanto el ecoturismo como la economía verde de la zona.
La razón por la que Coca-Cola se embarca en este tipo de proyectos es, precisamente, porque el agua está en la base su negocio, es la materia prima de sus bebidas e , internamente, en los procesos de fabricación buscan la reducción de su consumo y desarrollan planes para conseguir la optimización. Externamente, como señala Carmen Gómez-Acebo, directora de Sostenibilidad de Coca-Cola Eurpoacífic Partners Iberia, «llevamos décadas afrontando el desafío de gestionar el uso del agua de manera sostenible para preservar no solo el medio ambiente y los ecosistemas, sino también las comunidades en las que operamos y nuestro propio negocio».
Digitalización y agricultura
La parte agrícola de Desafío Guadalquivir se está llevando a cabo en 14 fincas situadas en el valle de este río en diversas localizaciones de la provincia de Sevilla. En ellas se cultivan todas las variedades de naranjas y mandarinas, cítricos y también se han incorporado algunas parcelas de frutos de hueso, otros frutos de hueso.
María Ruz, ingeniera agrónoma y directora de Hidrosoph en España, empresa que colabora con el proyecto para el desarrollo de la tecnología , explica que «llevamos cuatro años con déficit de lluvias. Por eso, para los agricultores contar con una información precisa que les permita decidir cuándo, cuánto y dónde regar es muy necesario. Lo que hace la herramienta es reunir en una base los datos climáticos, los recogidos por una serie de sensores que toman los datos de humedad del suelo y la transpiración de los árboles, una vez procesados, los agricultores pueden verlos en sus teléfonos móviles y tomar las decisiones adecuadas sobre dónde, cuándo y cuando regar». El proyecto lleva en marcha desde 2018 y en este tiempo han ahorrado progresivamente más agua cada año, alcanzando los 3.552 millones de litros de agua entre todas las temporadas gracias a la aplicación del programa. Solo el año pasado, redujeron en 1.071 millones de litros su consumo de agua, mientras que se ha mantenido las cantidades y calidad de las cosechas.
Felipe Alcaraz, coordinador de WWF en el proyecto, explica que fue «el equipo de WWF en el territorio los encargados de contactar con los agricultores, con el criterio de que fueran fincas que cumplieran con la legalidad en el uso de agua, de diferentes extensiones, con distintas variedades de naranjas y mandarinas y de cultivo ecológico y convencional». Alcaraz destaca la «importancia de trabajar con codo con codo con los agricultores para reducir el consumo de agua y, por ello, la presión sobre el río Guadalquivir».
Para los agricultores contar con esta información es un avance notable «ahora sabemos lo que ocurre ahí abajo, en el subsuelo, porque conocemos los niveles de humedad en las raíces, y nos permite regar cuando el árbol tiene estrés hídrico, pero también lo justo y necesario. No vamos a ciegas», explica Rafael Jiménez, propietario de una de las fincas. Según sus estimaciones «me he ahorrado entre un 15 y un 20 % de agua». Y globalmente, los agricultores participantes han reducido un 14% el uso de fertilizantes y un 40% aproximadamente el nitrógeno por hectárea.
Misión posible
Aguas abajo, en el estuario del río, se ha contribuido a la mejora de la calidad del agua y a la restauración de seis hectáreas en las marismas, donde viven 150 especies, algunas en peligro de extinción.
Desafío Guadalquivir forma parte de una serie de proyectos ambientales enfocados en devolución de agua a la naturaleza patrocinados por Coca-Cola y en los que ha colaborado con distintas organizaciones ambientales y con diferentes objetivos: desde los desarrollos de tecnología para optimizar el riego agrícola, como este y uno anterior en las Tablas de Daimiel, a recarga de acuíferos, restauración forestal y de humedales, regeneración de una laguna con aguas residuales depuradas.
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