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Competición
“Cuando éramos pilotos” es el título del libro de José Antonio Ponseti donde se descubre el rally más exigente del mundo, el París-Dakar, contado a través de las experiencias de los propios pilotos. Un viaje único protagonizado por los españoles que trataron de llegar al Lago Rosa, junto a la capital de Senegal. Una historia de historias, contadas por ellos mismos.
Todo empezó en 1977, cuando Thierry Sabine se perdió con su moto en el desierto del Teneré. Salió vivo de milagro, la experiencia le marcó de por vida y se prometió volver al desierto, pero jamás solo. Dos años después —quizá por valentía, quizá por inconsciencia— regresó con un grupo de intrépidos hombres y mujeres que formaron parte de la primera edición del París-Dakar. El reto de enfrentarse a lo desconocido en la inmensidad del paisaje africano hizo que el éxito fuera inmediato. La mayor aventura del siglo XX había comenzado.
En este volumen se reúnen más de cuarenta historias llenas de emoción y arrojo. Porque los valientes de Sabine tuvieron que superar dificultades que ni siquiera habían imaginado: sobrevivieron al hambre, a la sed y al polvo del desierto; a averías y accidentes; a robos, enfermedades, secuestros… e incluso a un matrimonio concertado. Un libro que es un homenaje a una época irrepetible, repleto de historias humanas, épicas, divertidas y agridulces que suponen el testimonio vivo de una pasión irracional por la aventura en su estado más puro.
Como enseñanza a través de las páginas, los lectores encontrarán algunos consejos imprescindibles para afrontar la carrera, que resumimos en las siguientes líneas. Es importante reconocer la hierba de camello, las dunas y el fesh-fesh, que es una arena fina como el polvo de talco. Perderse es lo normal, las roderas o huellas no siempre te guiarán por el camino correcto. No abandones nunca tu moto o tu coche antes de ser rescatado. Es más fácil encontrar a un piloto y su moto que a un hombre caminando en el desierto. No te fíes de nadie, aunque vaya vestido de militar, igual no lo es. Hay algunos enclaves míticos en esta carrera: el desierto del Teneré; el Paso de Nega; el Paso de los Elefantes y el Árbol de Thierry Sabine, donde descansa para siempre el creador del rally. Si no llegan los encargados de dar de comer a la caravana, toca pasar hambre. Por eso, si te encuentras su camión volcado en el desierto, tienes que asaltarlo.
En los desayunos no se habla porque la tensión es enorme. Sin embargo, las noches son para celebrar que se ha sobrevivido un día más. No es lo mismo cruzar una duna a primera hora de la mañana que al mediodía, cuando la arena parece nieve que se derrite y te puedes quedar atrapado sin remedio. Hay dos expresiones demoledoras durante el rally: «Désolé», en el desierto, no es «lo siento mucho», sino «ahí te quedas, ya te apañarás». Más terrible, si cabe, es: «C’est l’Afrique, patron». Eso es que ya estás bien fastidiado y que no hay solución. Esta expresión ahora ha variado por Arabia. Y, para terminar, el recordatorio que Thierry Sabine les decía a todos aquellos que se acercaban a él destrozados, muertos de cansancio y angustiados al pensar lo que les esperaba en la etapa del día siguiente: «Habéis pagado para esto». José Antonio Ponseti es un periodista especializado en la información del motor en la cadena SER y ha cubierto durante muchos años el Campeonato del Mundo de Rallyes, además de asistir a varias ediciones del Dakar.
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