¿Te pueden multar por conducir con el codo en la ventanilla?

A veces se nos olvida que un coche es una máquina muy pesada y que circula a una velocidad muy elevada. Y si nos distraemos cuando estamos al volante, aunque sólo sea por un instante, podemos ponernos a nosotros y al resto de usuarios de la vía en peligro. Una distracción en el peor momento puede retrasar nuestro tiempo de reacción ante cualquier situación imprevista o puede hacer que cambiemos por error la trayectoria del vehículo y que lo saquemos de la carretera… o peor, que provoquemos un accidente con otro vehículo.

De acuerdo con los datos ofrecidos por la Dirección General de Tráfico, las distracciones al volante están detrás del 30% de los accidentes de tráfico, lo que las convierte en uno de los mayores peligros en nuestras carreteras, equiparándose con otros factores, como el uso de alcohol o de drogas, el exceso de velocidad o la conducción temeraria.

Si bien la mayoría de los conductores obedece los límites de velocidad, evita el consumo de sustancias y -en general- obedece a las normas de tráfico, lo cierto es que todos ellos pueden distraerse de vez en cuando, sobre todo cuando están muy curtidos. A medida que los conductores van cogiendo callo, se van sintiendo más y más relajados al volante y se olvidan de esto que decíamos al principio… que un coche es una máquina muy pesada y que circula a una gran velocidad. O sea, que conducir es algo muy serio y un error (propio o ajeno) puede salir muy caro.

Cuando los conductores se confían y olvidan los peligros de la carretera, empiezan a realizar otras actividades y a tener otras actitudes más relajadas cuando están conduciendo, como fumar, beber agua o toquetear la pantalla del teléfono móvil. Uno de estos comportamientos peligrosos que muchos conductores suelen tener es el de adopar posturas demasiado cómodas y relajadas cuando van al volante, como apoyar el codo en la ventanilla. Llevar así el brazo izquierdo puede retrasar nuestro tiempo de reacción y, por lo tanto, puede suponer un peligro para la seguridad vial.

Sin embargo, ¿El hecho de que sea un comportamiento peligroso implica necesariamente que sea un comportamiento punible?

¿Una mala postura es sancionable?

En el año 2015, en Salamanca, un agente de tráfico le impuso una multa a un conductorpor morderse las uñas. Y en el año 2016, otro conductor (esta vez en Mallorca) fue sancionado por comerse una magdalena mientras conducía. Aunque son dos situaciones realmente excepcionales, lo cierto es que ocurrieron. Y las normas que favorecieron que se impusieran estas multas siguen vigentes… y también podrían justificar una multa por conducir con el codo en la ventanilla.

Estas normas son, por un lado, el artículo 18 de la Ley de Tráfico y Circulación, referido a “Otras obligaciones del conductor”, que dice que “el conductor de un vehículo está obligado a mantener su propia libertad de movimientos, el campo necesario de visión y la atención permanente a la conducción, que garanticen su propia seguridad, la del resto de los ocupantes del vehículo y la de los demás usuarios de la vía. A estos efectos, deberá cuidar especialmente de mantener la posición adecuada y que la mantengan el resto de los pasajeros”.

Por otro lado, debemos mencionar también el artículo 17.1, que dice que “los conductores deberán estar en todo momento en condiciones de controlar sus vehículos” y el artículo 3.1, que explica que conducir “debe hacerse con la diligencia y precaución necesarias para evitar todo daño, propio o ajeno; y prohíbe terminantemente conducir de modo negligente o temerario”.

Al leer estas disposiciones, nos damos cuenta de que están abiertas a multitud de interpretaciones. En realidad, cualquier comportamiento que pueda impedir u obstaculizar la "libertad de movimientos", el "campo necesario de visión" o la "atención permanente a la conducción" podría ser considerado "negligente" o "temerario" por un agente de tráfico y, por lo tanto, este comportamiento podría ser calificado de infracción leve. Lo que significa que la sanción ascendería hasta los 80 euros (40 euros con prontopago).

Tal y como explica la Dirección General de Tráfico, conducir con la postura adecuada significa que “el volante no debe estar ni muy alto ni muy bajo; los brazos deben estar relajados y medio flexionados, y la espalda y los hombros, apoyados en el respaldo”. Y en cuanto a soltar el volante y sacar el brazo por la ventanilla, esto solamente está permitido si es para hacer alguna indicación a los demás conductores.