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Existen algunos comportamientos que pueden ser peligrosos para la seguridad vial y que, por lo tanto, son punibles… pero que no están recogidos explícitamente en el Reglamento General de Circulación. Buen ejemplo de ello es conducir descalzo... en ningún lugar de la legislación de tráfico se habla abiertamente de ello. Y sin embargo, es un comportamiento terminantemente prohibido y está considerada una infracción sancionable.
En el artículo 18 de la Ley de Tráfico y Seguridad se especifica que “el conductor de un vehículo está obligado a mantener su propia libertad de movimientos, el campo necesario de visión y la atención permanente a la conducción, que garanticen su propia seguridad, la del resto de los ocupantes del vehículo y la de los demás usuarios de la vía”.
Con esta norma en la mano, hay muchas conductas que podrían dar lugar a una sanción. Un comportamiento que también puede ser punible es llevar suelto o mal organizado el equipaje en el vehículo. Esto puede sorprender a muchos, pero la realidad es que, si un agente de tráfico considera que el equipaje que llevamos en el coche puede suponer un riesgo para los ocupantes del vehículo, la multa ascendería hasta los 200 euros.
La mala disposición del equipaje en el vehículo puede ser peligrosa. Puede afectar la estabilidad del automóvil, generar ruido, polvo u otras molestias, además de obstruir los dispositivos de iluminación y señalización, las placas o distintivos obligatorios. Por esta razón, independientemente de lo excesivo que pueda parecer una multa de 200 euros por tener el equipaje mal acomodado (según el criterio de un agente), es útil recordar cómo hacerlo correctamente:
Como norma general, todos los objetos que llevemos en el coche deberían ir en el maletero o en un cofre cerrado, hermético y sujeto a la normativa europea en el techo, aislados del habitáculo. Esto incluye incluso los objetos más ligeros, porque en caso de una colisión o frenazo a 50 kilómetros por hora, podrían alcanzar hasta 50 veces su masa, convirtiéndose en auténticos (y potencialmente letales) proyectiles.
Por ello, es crucial distribuir correctamente la carga antes de arrancar el vehículo. Este es un peligro real y frecuentemente subestimado. Según una encuesta del Real Automóvil Club de España (RACE) y la marca de neumáticos Goodyear, al menos un 35% de los conductores no sigue ningún criterio para organizar el equipaje en desplazamientos largos.
Sin embargo, llevar toda la carga fuera del habitáculo del vehículo no es la única precaución necesaria. La forma en la que se coloca la carga dentro del maletero también puede afectar al manejo y seguridad del vehículo. Para evitar problemas, se deben colocar primero los bultos más voluminosos y pesados, pegados al respaldo de los asientos traseros. También se debe repartir la carga de manera equilibrada entre ambos lados del maletero. Además, es recomendable sujetar el equipaje utilizando los puntos de amarre dispuestos en el interior del maletero.
En casos donde se deba llevar mucho peso, es esencial revisar la ficha técnica del vehículo para asegurarse de no superar la Masa Máxima Autorizada. Si el volumen del equipaje es tan grande que no cabe en el maletero, se recomienda utilizar elementos externos para el techo. Aquí, se debe vigilar que la carga no sobresalga más del 10% de la longitud del coche y que no bloquee los dispositivos de alumbrado o señalización. Además, es importante retirar estos elementos externos cuando no se estén utilizando.
Para llevar a las mascotas en el coche de manera segura, se deben considerar tanto su bienestar como la seguridad vial. Según la normativa vigente, es esencial atender las necesidades fisiológicas y etológicas del animal, asegurando que el medio de transporte disponga de suficiente espacio y garantice la seguridad de la mascota y del propio conductor.
El artículo 13 de la Ley sobre Tráfico establece que el conductor debe mantener libertad de movimientos y atención permanente a la conducción, así como asegurar la adecuada colocación de los animales para evitar interferencias. Un perro mal sujeto en el coche puede resultar en una sanción económica de hasta 100 euros y pone en riesgo la seguridad de todos los ocupantes.
El método más seguro es usar un trasportín: para mascotas pequeñas, debe colocarse en el suelo detrás de los asientos delanteros, y para mascotas grandes, en el maletero, cerca del respaldo y transversal a la dirección de marcha.
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