Sociedad

Consecuencias de comprar en exceso: así son los niños “hiperregalados”

La entrega excesiva de juguetes “supone un exceso de estimulación en el niño”

Imagen de archivo de los Reyes Magos
Imagen de archivo de los Reyes MagosAYUNTAMIENTO DE ARGANDAAYUNTAMIENTO DE ARGANDA

Elena Navío, vocal del Colegio Oficial de Psicología de la Región de Murcia, asegura que la presión para acumular cosas es cada vez mayor. “Los chicos se vuelven cada vez más exigentes y los adultos sienten culpa si dicen que no”, explica Navío, para señalar a continuación que los adultos “estamos colonizando la infancia de manera acelerada por la vía de lo hiper como patrón”, haciendo así “niños ‘hiperregalados’”.

“Cuando el niño recibe grandes cantidades de regalos es probable que se aturulle, sin saber muy bien a qué objeto atender. En estas fiestas, la entrega excesiva de juguetes “supone un exceso de estimulación en el niño, le impide apreciar los detalles de cada uno y refuerza todavía más la insatisfacción”, manifiesta la psicóloga.

Ante esto, considera que el sentido de hacer un regalo está ligado a recibir un presente y no a acumular una serie de productos que haga que el único objetivo sea el de tenerlo todo. Por otro lado, recuerda que al regalar todo aquello que piden, los niños aprenderán que siempre tendrán lo que quieran, “cuando precisamente lo que tenemos que transmitir es que no todo se puede tener, entender que no siempre van a poder obtener todo lo que lo quieren, lo cual les va a permitir también tener pensamientos más flexibles, ayudándolos a tener una adaptación más saludable al exterior”.

A este respecto, Navío puntualiza que los niños “no necesitan montañas de regalos”, sino “afecto, estar en compañía de sus seres queridos y compartir sus regalos con ellos”, por lo que los padres tienen que realizar un acompañamiento con cualquier juego que se les regale, adoptando así un rol activo. “Recordemos que si no formamos seres humanos, estaremos criando solamente seres que consumen”.

Qué hacer con los niños que piden demasiado

Navío explica que para los niños es normal pedir muchas cosas, porque “creen que es algo mágico”, pero son los adultos quienes deben analizar qué pedir, escuchando y atendiendo a sus prioridades. Así, recomienda no improvisar en la búsqueda de los juguetes, porque “los niños no lo hacen, saben muy bien lo que quieren”, ni añadir más regalos de los que piden.

“Es normal que los niños abran el catálogo de juguetes, pero el que tiene que ponerle freno es el adulto, aunque hoy día en lugar de encontrarse con una autoridad que les sirva de guía, en muchas ocasiones no se topan con ningún obstáculo. Por no verlos sufrir y evitarnos a nosotros mismos ese sufrimiento, acabamos diciendo a todo que sí”, afirma.

La experta advierte asimismo que el ‘no’ es un límite y forma parte de las reglas de juego acerca de lo que se puede y lo que no, lo que ayudará en la organización interna del aparato psíquico del niño. Por eso apuesta por conversar y hacer con ellos la lista de Navidad mientras se reflexiona sobre sus demandas.

“Los Reyes no les deberían traer todos los regalos de la carta sino, mejor, pocos, pero muy bien seleccionados según la edad y la personalidad del niño”, precisa la experta.

En el caso de los adultos, Navío recomienda regalar algo que no sea productivo o un objeto. “Puede ser tiempo o una ilusión, basta con que alimente el deseo y permita imaginar y disfrutar de otra cosa distinta a la rutina”, como una excursión, la entrada a un concierto o un taller de cocina