La única ciudad del mundo que comparte este simbólico monumento con Cuba está en España

Recorrer las ciudades es descubrir sus rincones, pasear por sus calles, degustar su comida, y hallar en su cultura todo un nuevo mundo de sabiduría. Cada ciudad es única, y eso es lo que la hace especial. Sus gentes, su tradiciones, su manera de afrontar la vida, hace que muchas ciudades vivan de manera distinta, pero a la vez tengan mucho más en común de lo que creen. ¿Qué podrían tener en común la cubana La Habana con la ciudad española de Murcia? A simple vista, parece que no mucho, pero en ellas hay un nexo de unión muy simbólico que las hace hermanarse pese a estar separada por miles de kilómetros de distancia.

Se trata del Paseo del Malecón, uno de los símbolos de la ciudad de Cuba, que también lo es para la ciudad de Murcia. Este paseo se sitúa en el margen derecho del río Segura, que cruza la ciudad murciana, y su mayor característica es que se adentra en la huerta murciana. Tiene su origen en el siglo XV, cuando este paseo sirvió de muro de contención a las crecidas del antiguo río Thader (el actual Segura).

Según los registros incluso durante la riada de 1879, conocida como riada de Santa Teresa, logró contener el desbordamiento del río Segura, cuando, por otro lado, la magnitud de las precipitaciones afectó al centro de la ciudad al entrar agua de manera virulenta en otras zonas.

Declarado como Monumento histórico-artístico en el año 1982, el paseo fue levantado en 1420 y se reedificó en 1736, y actualmente muestra interesantes edificaciones como casas de principios del silgo XX o el Monasterio de la Beata Ángela Astorch. Posteriormente, en 1985, con la Ley de Patrimonio Histórico Español, pasó a tener la categoría de Bien de Interés Cultural.

Este paseo, con un diseño barroco tiene múltiples usos, y el más destacado es que durante el mes de septiembre, acoge la Feria de Murcia, uno de los eventos más destacados y de carácter social al que acude toda la población de la capital del Segura. Pero sin duda, uno de los usos más extendidos es el de servir como zona para pasear, hacer deporte o sentarse a disfrutar del buen clima con el que cuenta Murcia.

Situado a tres metros sobre el nivel del suelo, este enclave rodea la ciudad y tiene un recorrido de 2,3 kilómetros, hasta llegar a la pedanía de La Arboleja. Se ha convertido en todo un pulmón verde, y es el jardín de mayor extensión de todos los que hay en Murcia.