Incendio Atalayas
Testigos y afectados del incendio de las discotecas de Murcia declaran que vivieron "momentos terroríficos"
En un momento dado, aseguran, se apagó la música y comenzaron a oler a quemado y decidieron abandonar el palco "tranquilamente"
Cuatro personas que estaban en la discoteca Fonda Milagros de Murcia la noche en que un incendio arrasó esa sala y su anexa, Teatre, provocando la muerte de 13 personas, han señalado ante la jueza que instruye el caso que los clientes que estaban en los palcos no fueron alertados de que debían abandonar el local, que no tenía tampocoseñaladas las salidas.
Lo han dicho este martes en el marco de la instrucción del procedimiento judicial abierto para investigar 13 posibles delitos de homicidio imprudente, en el que estaban citados en calidad tanto de testigos de los hechos, como de víctimas, puesto que varios de ellos sufrieron quemaduras e intoxicaciones por el humo.
Según ha explicado a los periodistas, tras su declaración judicial, uno de los testigos, Efrain M.M., él mismo y otras 7 personas, además de los 13 fallecidos, eran los únicos clientes que estaban en los palcos del piso superior de la discoteca cuando se desató el incendio.
En un momento dado, ha dicho, se apagó la música, hecho al que no dieron relevancia ya que había ocurrido otras noches, pero después comenzaron a oler a quemado y decidieron abandonar el palco "tranquilamente".
Fue entonces cuando se fueron las luces y vivieron "momentos terroríficos", dado que no había ninguna señalización de las salidas, y tuvieron que abandonar el local guiándose por su memoria, ya que conocían el local del que eran clientes habituales.
"Cuando llegamos abajo ya no había nadie, fue un momento muy duro, pareció una eternidad. Nadie avisó, eso es lo más duro, porque fuera había bomberos, policía, mucha gente. El desalojo fue todo por parte nuestra", ha rememorado.
Otra de las testigos que compartía palco con él esa noche, Ámbar Estefanía D.N.. ha dicho que fue la última persona en abandonar la sala y, tras ella, cerraron la puerta, motivo por el que ella misma alertó a policías y bomberos para que volviesen a abrir, pues sabía que quedaba gente dentro, en el palco colindante al que su grupo de amigos había ocupado esa noche, que es en el que aparecieron los cuerpos de las 13 víctimas.
Fruto de la tensión, ha dicho, su amiga Madeline A.C., que también ha declarado esta mañana, sufrió un desmayo ya fuera del local.
"Esto nos ha marcado, estamos recibiendo tratamiento psicológico, fue muy doloroso", ha dicho a los periodistas visiblemente emocionada.
Para el abogado Pedro López Graña, que representa a familiares de dos de los fallecidos y que ha estado presente en las vistas, la versión ofrecida por los cuatro testigos que han comparecido este martes viene a desmentir las versiones que en las últimas semanas han ido dando los empresarios responsables de ambas discotecas, que aseguraron que todos los aspectos relacionados con la seguridad estaban en orden.
Sin embargo, estas personas han señalado en sus declaraciones que Fonda Milagros no contaba con salidas de emergencia y tampoco con ningún tipo de señalética que indicara cómo abandonar el local, al tiempo que no sonaron alarmas, ni fueron alertados para desalojar la sala.
Los testigos han manifestado que percibieron primero un olor a quemado y, después, el local se inundó de un humo "negro e irrespirable", pero no vieron el fuego hasta más tarde, cuando la pared de escayola que separaba las dos discotecas "explotó" y fue consumida por las llamas.
El próximo 1 de marzo están citados a declarar en esta fase de instrucción otros ocho testigos que estaban en Fonda Milagros la noche del trágico incendio.
Sus declaraciones se suman a las que ya han hecho las seis personas que están investigadas en el caso: tres responsables de la discoteca Teatre, el DJ que organizó la fiesta que esa noche se celebraba en esa sala y el propietario de la máquina de fuegos fríos que, según la investigación, habría originado el fuego, y el gerente de Fonda Milagros
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