Soleá Morente: “En el pop tenemos que cuidar la palabra”

En el primer disco de Prado Negro se percibe algo distinto pero difícil de describir, una sensación de gravedad o un magnetismo de las canciones que viene definido por su naturaleza. Son todas poemas llevados al pop, de Cernuda, Valente, Josefina de la Torre, María Zambrano y Luis García Montero, entre otros, por un quinteto formado por Soleá Morente, Jaime Beltrán, José Ubago, Mario Fernández «Mafo» y Rocío Morales. Acaban de publicar «Las mimbres», un álbum que Morente, que ha elegido casi todos los poemas del repertorio, «necesitaba hacer». «Vivimos en una sociedad que impone una manera de hacer las cosas, un sistema que te empuja hacia ir rápido y no pensar, no asimilar. Por eso, para mí era importante hacer un disco de otra manera, escuchar diferente, leer diferente y cantar de otra manera posible», dice la vocalista, hija del gran cantaor Enrique Morente.

Palabras intercambiables

Hoy en día en la música pop el lenguaje es casi un balbuceo, una serie de rimas de perogrullo, palabras intercambiables y términos épicos, amorosos o callejeros barajados en las estrofas. Morente, licenciada en Filología Hispánica, quería «cuidar la palabra, que es algo que no se hace hoy en el pop. Queríamos destacar con el disco la importancia que tiene la lectura y el conocimiento, cuidar lo que escribes y lo que pronuncias. También el pensamiento, es decir, la palabra, en suma. Porque si el cuerpo es en esencia lo que comes y bebes, la mente y el espíritu, y también las decisiones que tomas, se determinan por el material que le echas al corazón. Últimamente observo que vivimos muy malhumorados y en un ambiente competitivo. Por eso quería hacer estas canciones buscando en otro baúl», explica la artista, que no desdeña el valor de la lírica popular. «Por supuesto que no, todo lo contrario. El flamenco es un gran ejemplo de eso y hay otros estilos como el rap que también beben de ahí. Yo misma estoy preparando un disco con un lenguaje mucho más coloquial. Pero creo que hay que darle importancia a otros registros porque son muy valiosos y enriquecen nuestro idioma».

En el trabajo aparecen poemas que han acompañado a Morente lo largo de su vida, por rachas. «El de Valente me atravesó el corazón. Pero todos han ido siendo más o menos importantes por temporadas. Pienso que la lectura te abre la mente y facilita el encuentro con uno mismo. Muchas veces, cuando tienes un bloqueo o no encuentras la solución a algún problema, abres un libro y la respuesta se presenta al cerrarlo, al cabo de unas horas, porque has facilitado conectarte contigo mismo». También hay en el disco una composición escrita ex profeso para el álbum por Luis García Montero. El ahora director del Cervantes también acaba de ser adaptado al rock por Quique González, así que ya solo le falta agarrar una guitarra. «Él era un gran amigo de mi padre y fue profesor mío en la carrera en Granada. Tener a un poeta de esa calidad apoyándonos e involucrado nos ha dado mucho ánimo y mucha fuerza», asegura Morente. Otro pop es posible.