Opinión

Energúmeno

No se conoce intervención parlamentaria más grosera, injusta, insultante y atroz que la protagonizada por el socialista Juan Carlos Campo en el debate de la pena de Prisión Permanente Revisable. El PSOE, abochornado, ha decidido retrasar la derogación de la Ley de marras. La socialista Blanca Estrella Ruiz, presidenta de la Asociación Clara Campoamor, pidió público perdón y se avergonzó como socialista de las intervenciones de los suyos. Y la podemita desplazada por el rencor de Iglesias, Carolina Bescansa, ha escrito en las redes: «Pido perdón a las víctimas, a sus familiares, a la sociedad española por no haber sabido tener un debate a la altura de su dignidad». Juan Carlos Campo, sanchista entusiasta, es juez, dato que produce escalofríos. Como su jefa en el Congreso de los Diputados, Margarita Robles, ex Secretaria de Estado de Interior con Juan Alberto Belloch, y motejada por guardias civiles y policías nacionales a su mando como «La Bicha». Así que me encontré con Juan Alberto Belloch, ya exministro y alcalde de Zaragoza horas antes de acudir a la Academia General Militar para intervenir en la Cátedra Cervantes. Y me sorprendió el buen aspecto de Belloch. –Parece que te has hecho un «lifting», Juan Alberto-; - el secreto de mi nueva juventud no es quirúrgico. Sencillamente, que no tengo que despachar con Margarita Robles-.

«PP y CS hacen un cálculo electoral en un momento de dolor», dijo la amargada silbante. Pero fue ampliamente superada por su colega Campo, que se permitió el desdichado lujo de insultar a los padres de las víctimas ahí presentes acusándolos de marionetas del PP. El padre de Marta del Castillo lo resumió: - «No me ha decepcionado Podemos porque no esperábamos nada de ellos. Pero me voy apesadumbrado por el PSOE». Y todos. Desde Juan Carlos Quer a los padres de Mari Luz Cortés, Sandra Palo y Yéremi Vargas, en todos ellos se veía en sus rostros la serena indignación de quienes son insultados por un energúmeno repartidor de falacias e injusticias. Incluso le afeó al ministro Zoido que hiciera su entrada en la catedral de Almería con la bufanda azul que le terminaba de regalar la madre de Gabriel, en prueba de gratitud por sus gestos de humanidad constantes durante la búsqueda del pequeño asesinado. Un regalo también para todos los guardias civiles, que durmieron menos de dos horas al día para hallar vivo al «Pescaíto», y se abrazaron de dolor y rabia cuando lo descubrieron muerto en la maleta del coche de la Bruja. La rueda de prensa del Teniente Coronel y el Comandante fue una lección de humanidad, profesionalidad y precisión.

No obstante, es preferible que Robles y Campo se mantengan como diputados. La Robles está de capa morada caída, y para España y la sociedad española, es mucho más seguro que Robles y Campo se sienten en un escaño a que lo hagan en un Juzgado revestidos de jueces. En España hay una buena izquierda, que se siente humillada, y una mala izquierda –Zapatero, Sánchez, Lastra, Campo-, que sigue fascinada con la ETA y otros asesinos y justifica sus obsesiones con la posguerra. Posguerra dura, claro, pero infinitamente más misericordiosa que si hubieran ganado ellos. No obstante, es su punto de referencia.

La derogación de esta Ley que se ha aplicado en España a sólo un parricida es una ocurrencia del PNV. El PNV está captando metódica y silenciosamente muchos votos provenientes del entorno etarra. La respuesta a esta propuesta del PNV hay que interpretarla a largo plazo. Los separatistas catalanes usan como arma de escisión el robo y la mentira. Los vascos, la pistola y los explosivos. Cuidado con el PNV, últimamente homenajeado por los empresarios de Madrid y Barcelona en la persona de Urkullu. Pero eso merece tratamiento aparte. Hoy, como español, me siento abochornado por la perversidad con que ha tratado el PSOE a los que sufren y han sufrido la tragedia permanente. Ellos sí que han sido condenados a la Tristeza Permanente y no Revisable. Ayer, el PSOE perdió decenas de miles de votos. Y con esos representantes energúmenos, me congratulo de ello.