Opinión
Cóctel explosivo
No estuvo fino el diputado Campo en su exposición de las razones por las cuales el PSOE está por la derogación de la pena de prisión permanente revisable. A la tribuna se sube a argumentar, no a lapidar a los padres de hijos asesinados que asistían, con bastante más educación que algunos otros invitados por sus señorías en distintas ocasiones, al bochornoso espectáculo de ver cómo este asunto, junto con el de las pensiones, se ha convertido en mercancía de mitin. Por lo visto hay razones de peso tanto para mantener como para borrar esta pena, que para algunos es la única función de las condenas, olvidándose del carácter punitivo que también deben tener. Doctores tiene la iglesia y ellos sabrán si hay o no trasfondo de peso que justifique el debate. Ahora bien, todo este espectáculo lamentable se podría haber ahorrado si los señores magistrados del Tribunal Constitucional no funcionaran a cuerda en vez de a batería Tesla, que es lo que tendrían que hacer porque para eso se les paga. Ya está bien de que para cada conclusión a la que tienen que llegar se tomen años de no sé sabe muy bien qué. Ahora que se habla tanto de productividad, si se utilizara como baremo para pagarles el sueldo, seguro que otro gallo cantaría. Pero tenemos lo que tenemos: unos políticos que se convierten en gallos de pelea en cuanto ven que la gente se moviliza por una determinada causa, un TC con hipotensión, unas encuestas bastante reveladoras sobre lo que piensa la mayoría de la gente sobre este tema que unos utilizan como zanahoria y otros ni se dignan a mirarlas, y elecciones a la vuelta de la esquina. Un coctel perfecto para que el Congreso haya vuelto a convertirse en el corral de la tragicomedia.