Opinión

Ira..

No consigo deshacerme de la imagen de la mujer de 45 años de edad asesinando a su reciente marido (69 años) en Alicante, a la vista, para su desgracia, de una agente de la Policía Científica (fuera de servicio) que estaba en lo alto de un acantilado y fue testigo ocular de la escena del crimen. Pese a lo que le costó a la agente llegar al lugar de los hechos, ahí seguían la recién casada y su cómplice, su supuesto asistente, ensañados con la víctima que no terminaba de morir con las innumerables punzadas en cuello y pecho que le asestaban.

Tampoco consigo comprender cómo estas personas no piensan, antes de planificar algo tan dantesco y despiadado, que lo más probable es que acaben en la cárcel y que si su vida no era feliz, ahora será aún más infernal si cabe.

Por eso quiero hablar hoy de lo que hacer con la ira, antes de cometer cualquier delito o peor aún, acabar con la vida y las ilusiones de otro ser humano que, probablemente, no sea el verdadero causante de esa ira que, desatada, crea los grandes males de nuestro planeta.

Es humano sentir ira. Las emociones negativas son también expresiones naturales pero hemos de aprender a canalizarlas, nunca a negarlas, ocultarlas o reprimirlas porque eso hace que se enquisten y hagan daño incluso a determinados órganos internos. Para liberarnos de ella es importante permitirnos sentirla y expulsarla de forma calmada través de una carta, quemando toda energía sobrante con ejercicio y actividad física o, si las emociones no se equilibran ni mejoran, la única forma de liberar la ira es cerrando un círculo: marchándonos, desear lo mejor y perdonar.

El perdón, como siempre, resulta ser la clave de la serenidad y la felicidad. El perdón es el único camino para liberarnos de la ira tóxica que deteriora nuestra salud; nuestra paz interior. La medicina tradicional china afirma que el hígado, que es el armonizador del cuerpo, se ve clara y seriamente afectado por eso tan dañino llamado ira.