Opinión

Resurgir

Dicen las estadísticas que vamos a sufrir dos o tres acontecimientos traumáticos a lo largo de nuestra vida. El ser humano, por naturaleza, tiene algo así como un resorte de supervivencia que ante desgracias que pueden parecer insalvables, desarrolla comportamientos ejemplares para no quedarse estancado en ese insoportable dolor, y salir airoso de lo que a priori parece irreversible. La resiliencia es la capacidad que todos tenemos (¡todos!), para mantenernos inquebrantables frente al infortunio o la desgracia.

Existen tres claves para que la resiliencia cumpla su papel: 1. Aceptar lo que no podemos cambiar. 2. Adaptarse a lo que hay, para seguir siendo feliz. 3. Actitud como factor multiplicador: la negativa nos hunde pero la positiva nos potencia.

En nuestra mano está transformar la percepción de una carga, angustia, ansiedad, amenaza... en un reto o desafío.

Es cierto que la genética puede llegar a influir hasta un 40% en nuestra conducta, pero la capacidad de resurgir está en nuestro cerebro, que, como el cuerpo, también se entrena. Hemos de aprender a blindarlo frente a las señales de miedo.

El estado de la mente cambia según los pensamientos, las emociones y la fisiología, y lo hace constantemente, incluso en el mismo día. Pero cambiando esos pensamientos que nos amenazan, atemorizan o agobian, somos capaces de relajar nuestras emociones y verlo todo de otro color.

El Instituto Español de Resiliencia celebró el viernes pasado la IV Edición de los Premios Resiliencia en cinco categorías: Salud, Sociedad, Deporte, Empresa y Educación, a personas que son modelo de Resiliencia por su comportamiento, espíritu de lucha, sacrificio y perseverancia junto a la capacidad de superación para sobreponerse ante la adversidad y ser mejores personas. La Fundación Areces se llenó de fuerza, optimismo, energía positiva y un contagioso espíritu de superación en cualquier que sea la situación. Tuvimos ocasión de escuchar una ponencia magistral acerca de algo muy positivo: la resiliencia se aprende. Así que no hay excusas para tirar la toalla. Y sí que hay, muchas, para levantarse y resurgir. Súmate a la campaña #SeBuscanResilientes y #NuncaTeRindas .