Opinión
Sparrings
Dicen que ir con regularidad al gimnasio puede alargar la vida hasta treinta años. Esto debe ser un poco de exageración por parte del CIS de turno que elabora el informe; al Tezanos del gym se la ha ido la mano nuevamente, como en las elecciones de Andalucía. Aquí cabría perfectamente un emoticono muerto de risa, pero los articulistas de periódicos no hemos llegado a eso todavía.
Lo de Andalucía es para no dejar de reír. Reír por no llorar, claro, porque es doloroso que todos estemos pagando las mentiras de un señorín que, a su vez, está cobrando un sueldo de escándalo por elaborar encuestas falsas. Nunca España ha estado en peores manos. Y hasta aquí quería yo llegar y enlazar con lo del deporte, porque en un gimnasio de Londres han ideado unos ejercicios para que los clientes descarguen su ira sobre fotos de políticos británicos. Imaginemos qué bien nos vendría a muchos un aligeramiento, un alivio, una liberación de la repugnancia que nos generan quienes nos gobiernan.
En la pérfida Albión están que se tiran de los pelos con el Brexit. Muchos consideran que es la peor tragedia que le ha ocurrido al país desde la guerra, que el referéndum ha sido apresurado y que es dañino sobre todo para la gente joven porque en una amplia mayoría ellos fueron quienes votaron quedarse en la Unión Europea. Ahora se habla de que Reino Unido puede desactivar unilateralmente el Brexit, ya que el Tribunal de Justicia de Europa podría admitir «la revocación unilateral de la notificación de la intención de retirarse de la Unión, hasta el momento en el que se concluya el acuerdo de retirada, siempre que la revocación se haya decidido de conformidad con las normas constitucionales del Estado miembro, se comunique de manera formal al Consejo Europeo y no suponga una práctica abusiva». Esto, que está transcrito literalmente, es un poco complicado de asimilar, porque el lenguaje jurídico es a veces incomprensible, pero supondría un palo para la señora May quien, con su cara de loro y su inevitable falta de carisma, provoca que la ira de muchos súbditos se descargue en un saco de boxeo con su efigie.
Vivimos en un asqueamiento permanente, sobre todo quienes observamos con asombro a una extrema izquierda que no asume el resultado de unas elecciones democráticas y llama al populacho a salir a la calle a revocarlas, como si estuviéramos en la Venezuela que les subvenciona, la de Chaves y de Maduro, la de los pucherazos, las mentiras y el hambre, esa situación que viviríamos si no fuera porque todavía nos queda algo de sentido común y así lo han demostrado los andaluces, en quienes no confiábamos pero que han dado una lección importante de lo que tiene que suceder en España cuando el del plagio quiera convocar elecciones generales. Dicen que en primavera, otros que en otoño. El tiempo se hace largo, el tiempo se ralentiza cuando el deseo es grande para llegar a las urnas, «paradójicamente, percibimos que el tiempo transcurre despacio en situaciones en las que no está sucediendo casi nada o están pasando muchas cosas». El tiempo no es el mismo para el enamorado que para el condenado a muerte, pero para eso está la resignación en unos casos y la paciencia en otros. Muchos no gozamos de esas dos virtudes y por eso no vemos nunca el momento de satisfacer nuestras ansias. Debe ser esa la filosofía que inspiró al gimnasio londinense, la de crear sparrings con la efigie de quien provoca sus ansiedades y eliminarlas así con los guantes de boxeo... Quizá debería cundir el ejemplo en España para acortar los plazos, al menos con los puños.
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