Opinión

Queremos (más) hijos

La mayoría de las mujeres queremos ser madres, dos de cada tres afirman que un par de hijos sería su deseo. Pero no es así porque no se puede. Porque vivimos en una sociedad cruel con sus mujeres y, por lo tanto, con sus niños. Las jóvenes de hoy ya no están dispuestas a soportar el castigo, y la natalidad se desmorona sin remedio. Esto sí que es una tragedia y no las luchas de poder y territorio que siguen ocupando las portadas, y que excitan tanto a los jugadores de la política.

Sí, queremos tener hijos, pero con un impulso profesional previo que nos garantice nuestro trabajo y nuestra independencia, tan peleada. Queremos partos naturales, poder alumbrar en cuclillas o en el agua, si lo deseamos, con la asistencia médica precisa. Queremos bajas laborales generosas que nos permitan cuidar de nuestras criaturas como se merecen, como nos merecemos. Queremos, una vez reincorporadas, poder vivir como personas y no como máquinas en movimiento continuo, desde el desayuno hasta la última llamada nocturna del bebé. Queremos compañeros que compartan con dicha la crianza y educación de nuestros retoños, la responsabilidad de sustentar un hogar y una camada.

Queremos no gastar el sueldo en guarderías, ni tener que escuchar que para eso mejor quedarse en casa. Queremos horarios de trabajo humanos en los que las madres o padres en crianza tengan privilegios y no se vean postergados en su prosperidad laboral. Queremos que la maternidad sea algo grande y venerado por la tribu y sus gobernantes, y no una obligación sin honra. Claro que sí queremos hijos. Niños que son la maravilla de la casa y el futuro del mundo. Pero con salud y dignidad.