Opinión

Gratitudes

La gratitud, esa dama tan ausente en la sociedad española, se ha manifestado hermosamente diáfana con Soraya Sáenz de Santamaría, que al fin, ha encontrado su lugar en el despacho catalán de abogados Cuatrecasas. Estábamos preocupados con su porvenir, porque lo del Consejo de Estado no da para mucho. Gratitud de ida vuelta, agradecimiento «boomerang», porque según se dice y comenta por los chaflanes del Foro, siendo Soraya vicepresidenta del Gobierno del inane Rajoy influyó decisivamente para que el despacho Cuatrecasas se liberara de un grave inconveniente judicial. «Do ut des». No se ha tratado de un impulso súbito. Las negociaciones para la incorporación de la ingeniosa pucelana en Cuatrecasas datan de semanas atrás, y es muy probable que la suave declaración de Soraya ante el Tribunal Supremo la llevara a cabo con el puesto de trabajo plenamente asegurado. De ahí que no supiéramos a ciencia cierta si la mujer que declaró ante el Supremo lo hizo como exvicepresidenta del Gobierno de España o como representante en Madrid de Elsa Artadi.

Y con ella, muchos sorayistas, intrépidos políticos, han optado por seguir los pasos de su jefa. El exministro de Cultura y Portavoz del Gobierno del esfumado Rajoy, Iñigo Méndez de Vigo, el que sonriente aplaudió al cineasta Trueba después de un insultante discurso contra España y cuando le entregaba, en señal de gratitud por su odio a todo lo español, un talón de veinte mil euros, ha decidido dejar la política activa. No lo ha hecho antes, porque ha primado el compromiso contraído con sus electores de Palencia, circunscripción por la que fue elegido diputado. Por todos es sabido que la unión de los Méndez de Vigo con los palentinos es cosa de siglos. Una vez más, merece un cerrado aplauso por su coraje. Suerte en su nueva misión como letrado de las Cortes.

Otra sorayista que ha encaminado su vida por la senda de la iniciativa privada ha sido la encantadora jefa del Gabinete de Soraya Sáenz de Santamaría, María González Pico, que se ganó la simpatía de toda la parroquia, si bien todavía no he sido informado de qué parroquia se trataba. Mujer sosegada, nada atosigante, de plena confianza y con brillantes ideas que ha fichado por la agencia de comunicación Tinkle, que a partir de ahora subirá su prestigio como la espuma. Y el también ex ministro de Soraya –Rajoy también fue ministro de Soraya–, Álvaro Nadal, que alcanzó niveles de popularidad y simpatía social inalcanzables, ha solicitado una plaza internacional de técnico comercial. Desde aquí, mi más cordial enhorabuena a los técnicos comerciales internacionales, que al fin podrán disfrutar de la picante y chispeante gracia de nuestro exministro de Energía.

El Íbero romano, el padre Ebro, el río catalán que nace en España –según los libros de texto que estudian Geografía los niños en Cataluña–, es una poderosa corriente de agua que establece dos maneras de manifestarse en cada una de sus riberas desde que entra, ya en el tramo final, en tierras catalanas. Y eso lo hará perfectamente Soraya Santamaría, que en una margen fluvial dirá una cosa y en la de enfrente, otra diametralmente distinta. Por eso ha elegido Cuatrecasas, un gran despacho barcelonés de abogados que se ha trasladado a Madrid con la finalidad de seguir poniendo huevos en todas las cestas posibles y probables.

El negocio es el negocio y la gratitud es la gratitud. Si se abrazan ambos conceptos, entenderemos mejor la incorporación de la eximia vallisoletana en tan prestigioso despacho de abogados. A partir de ahora, los problemas se reunirán en Cuatrecasas, los letrados de las Cortes, la agencia de comunicación Tinkle y los técnicos comerciales internacionales. Por ese lado, España ha resultado, al fin, y en tan descriptiva nimiedad, claramente ganadora.