Opinión

Empieza el espectáculo

Llevamos tiempo viéndolo venir y las encuestas lo corroboran: lo que salga de las urnas el 28 de abril va a ser tal batiburrillo que no va a haber quien gobierne. Eso en el supuesto de que vayamos a votar después de ver esos detalles de fantasía con los que casi todos los partidos están adornando el hasta ahora gris marengo de las listas. Lástima que compitan en distintas ligas porque un debate entre Pepu Hernández y Miguel Abellán moderado por Ferreras sería memorable. Nueva política lo llamaba Iglesias, pionero en esto de las listas pintorescas a las que ahora se apuntan los partidos de corbata. Renovación lo denominan los que ahora se dejan seducir por el efecto Bertín Osborne: fiche a un famoso y venda jamón a cascoporro. Seguramente detrás de estas decisiones hay decenas de brillantes asesores repasando el Hola, el Marca y el Nacional Geographic buscando ese mirlo blanco que todavía no haya fichado por una casa de apuestas y nos convenza de que «sus» siglas lavan más blanco. Supongo que habrá avalancha de carnets devueltos tras comprobar que quien se merece la confianza de los líderes son quienes no confían lo suficiente en el partido al que van a representar como para afiliarse a él.