Opinión

Sánchez y el ejemplo de Cameron

Pedro Sánchez está en la cima y «en la cima –apuntaba Churchill– todo es más fácil», incluso descolocar desde el principio a los socios de una coalición que durará más de lo que auguran en el PP, aunque Pablo Casado ahora tampoco tiene ninguna urgencia. Sánchez se aprovecha de algo que también apuntó el histórico «premier» británico: «Un líder que ha sido aceptado –escribe en La Segunda Guerra Mundial– sólo tiene que estar seguro de lo que le conviene hacer. Los apoyos con los que cuenta son impresionantes. Si tropieza, hay que respaldarlo. Si se equivoca, hay que disimularlo. Si no sirve, hay que eliminarlo, pero este proceso no puede realizarse todos los días y menos cuando acaba de ser elegido».

Sánchez, en la cima, ha formado el Gobierno que más le interesa para el futuro, convencido de que Iglesias no tiene más remedio ahora que tragar y que Junqueras y los líderes de ERC no tienen mejor alternativa para inquilino de la Moncloa. Necesitarán una excusa convincente para apoyar los Presupuestos que presentará la ministra Montero y que la vice Calviño defenderá en Europa, pero ya la encontrarán, con la única incertidumbre de que Torra convoque elecciones en Cataluña.

Pedro Sánchez, con los Presupuestos aprobados, tiene hecha media legislatura. A partir de ahí, se agudizará la pugna, más o menos soterrada, con Iglesias por disputarse la misma clientela para las próximas elecciones. Ambos líderes comparten objetivo. Apuntarse como solo propios los teóricos futuros logros del Gobierno y alcanzar la hegemonía de la izquierda. Sánchez sale de ganador, pero Iglesias con el altavoz permanente de una vicepresidencia –aunque haya cuatro– y su dominio de los medios y la televisión es un rival temible. No tendrá mucho poder, pero sus áreas de Gobierno no son conflictivas, sino amables y agradecidas para su clientela. Sánchez ha repasado con su estratega Redondo, entre otros, el ejemplo de la coalición en el Reino Unido de los torys de Cameron con los liberal-demócratas de Clegg, en un país sin tradición de coaliciones como España. Aquello se saldó, en los siguientes comicios, con mayoría absoluta de Cameron. Es lo que también impidió que Rivera buscara la coalición y lo que Sánchez espera que ocurra, aunque la historia no se repite y, sobre todo, Iglesias no es Clegg y ahora tiene poltrona, tiempo y medios para preparar el futuro. ¡Ojo!