Opinión

Una dimisión de más de 500.000 euros

Jordi Sevilla Segura, ex ministro de Administraciones Territoriales (2004-2007) en la época de Zapatero, no ha sido un personaje menor en el PSOE. En su larga trayectoria en el partido estuvo, en 2016, en el equipo de Pedro Sánchez en su primera etapa como secretario general de los socialistas. Para formar parte de aquel núcleo duro sanchista, en el que también ya estaba Meritxell Batet, Sevilla dejó un muy bien remunerado puesto en la consultora PriceWaterhouseCoopers, en donde coincidió, durante unos meses, con Luis de Guindos, ahora vicepresidente del Banco Central Europeo. Una de las primeras decisiones de Sánchez cuando defenestró a Rajoy con una moción de censura fue colocar a Jordi Sevilla como presidente de Red Eléctrica de España (REE), empresa privada –algunos dirán que semipública–, pero en la que el Estado es el primer accionista, con un 20% del capital, lo que le concede poder de decisión. Jordi Sevilla, que al frente de REE tenía unos ingresos superiores a los 500.000 euros –la mayor retribución, con mucha diferencia, que ha percibido nunca–, ha anunciado su dimisión al frente de la empresa. Todo indica que la renuncia llega, en teoría, porque la vicepresidenta y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera –uno de los ojitos derechos de Sánchez–, pretendía que la compañía fuera algo así como una subdirección general de su departamento. La ministra, que ayer se puso de los nervios cuando Carlos Alsina, en Onda Cero, le preguntó por el incidente de Ábalos con la vicepresidenta venezolana, quizá no ha calibrado bien –aunque el Estado controle el 20% de las acciones– que REE es una compañía que cotiza en bolsa y que el 80% de su capital está en manos de decenas de miles de accionistas, algunos inversores internacionales pero otros muchos pequeños ahorradores españoles.
Las injerencias de Ribera en REE han debido ser enormes para hacer saltar a alguien tan templado como Jordi Sevilla, técnico comercial del Estado, que ya fue jefe de gabinete de Solbes en el último Gobierno de Felipe González y que, como valenciano, fue de los primeros en detectar las habilidades de alguien como el ahora cuestionado Ábalos, que tampoco estuvo muy afortunado con lo de «he venido para quedarme. A mí no me echa nadie». Sevilla, en definitiva, es un histórico joven del PSOE, también por familia, porque su hermano José Víctor fue secretario de Estado de Hacienda en el primer Gobierno socialista, en 1982. La dimisión de Sevilla, crítico con Podemos en el pasado, requiere más explicaciones, pero es un mal síntoma si es la consecuencia de los intentos de intervención del Gobierno en el día a día de una empresa que es privada, aunque el Estado tenga el 20% de las acciones. Una dimisión que le cuesta al interesado 500.000 euros. No es un asunto menor.