Opinión

El Gobierno que dura más... Mucho más

La población está contenta, porque la inmensa mayoría vive en un estado pseudovacacional y no para de recibir mensajes positivos y motivadores.

Iglesias se ha convertido en el oráculo de La Moncloa y augura, supongo que sin necesidad de analizar las vísceras de un animal, que el Gobierno social-comunista se mantendrá ocho años, por lo menos. Es evidente que su formación no es la de un arúspice, porque hacer previsiones en política en un ejercicio arriesgado. Todos recordamos el anuncio de las pilas Duracell y el vicepresidente ve un gobierno que dura más… mucho más. Una afirmación tan tajante es más propia de los adivinos, pero tiene su fundamento y el centro derecha no se entera. Hay una interesante estrategia que me explicaban en enero. Cuando el Covid-19 no había irrumpido en nuestras vidas consideraban que estarían tres legislaturas como mínimo, salvo que hubiera una crisis peor que la de 2008 o una catástrofe. Esto último es lo que más me llamó la atención. La seguridad en la victoria se sustentaba, básicamente, en tres aspectos que son la división del centro derecha, el control de la calle, ya que Podemos se sienta en el Consejo de ministros, y la alianza con los independentistas catalanes y vascos.

Es curioso porque se han unido la crisis y la catástrofe, pero el Gobierno ha sabido dominar el mensaje del confinamiento con la idea fuerza de que nos quería salvar la vida. La pandemia es mundial por lo que el culpable es un bicho desconocido. La imagen que se vende es que están trabajando denodadamente y que, incluso, hay una sobreactuación. El presidente comparece todas las semanas, algo que no hace ninguno de sus homólogos, y transmite los mensajes del buen rollito happy flower mientras sus compañeros se dedican a repartir mamporros como si estuvieran en una taberna portuaria. Por supuesto, sus rivales participan fervorosos en la reyerta. La población está contenta, porque la inmensa mayoría vive en un estado pseudovacacional y no para de recibir mensajes positivos y motivadores. En definitiva, el papá Estado lo resolverá todo. El ingreso mínimo vital emerge como un esfuerzo gubernamental, gracias a Sánchez e Iglesias, que refleja su sensibilidad con los más desfavorecidos. La maquinaria política y mediática edulcora la ayuda europea como si fuera sin condiciones. No me extraña que Pablo augure como mínimo ocho años, porque la estrategia es la confrontación con el PP y Vox, y mucho amor a los independentistas, así como un fuerte endeudamiento para realizar una política clientelar.